El Zaragoza sale noqueado de Mallorca

Toca seguir sufriendo. Y como esto siga así, hasta el final. El Real Zaragoza se fue de vacío de Mallorca tras un partido muy sufrido, lleno de infortunios. Pero sobre todo con una certeza: la clara inferioridad respecto a un rival que abusó de ellos y que les dominó en muchas fases del encuentro. La victoria ante el Elche daba esperanzas a los que pensaban que se podía alejar el ascenso antes de mayo, pero este Zaragoza se hunde ante los contratiempos. Como las lesiones, como recibir un gol de Raillo en el descuento de la primera parte, como quedarse con diez por culpa del árbitro... demasiado para un equipo tan débil ahora mismo.

El partido empezó difícil desde el principio. Y eso que la primera llegada fue blanquilla. Pombo mordió hasta recuperar y le cedió la pelota a un Ros que la centró al corazón del área, pero James Igbekeme no llegó a rematar por centímetros. El Mallorca respondió en el dos y medio con un centro por la izquierda que Dorado despejó a córner. Los primeros minutos transcurrieron en campo zaragocista. El Mallorca, motivado ante su excepcional situación en la tabla, mordía buscando la posesión y los cambios de juego a las bandas de Lago Junior y Dani Rodríguez. Así sacaron varias faltas laterales. En una de ellas, botada en el diez por Salva Sevilla, Junior sólo pudo acariciar con el flequillo un envío del andaluz que llegó manso a las manos de Cristian.

Un inoportuno resbalón de Delmás en plena basculación que casi le dio un disgusto a más de uno significó el peor momento del mal inicio zaragocista. Tras eso, llegó un nuevo capítulo dentro de la plaga bíblica de lesiones: Dorado, lesionado, le dejó su sitio a Álex Muñoz.  A partir de ahí, el equipo aragonés fue saliendo poco a poco de la cueva. En el minuto 20 llegó la mejor ocasión visitante. Delmás centró buscando a Pombo que dentro del área disparó a las manos de Reina. En la siguiente jugada, Cristian le sacó un balón de gol a Budimir en otra de sus maravillosas y estéticas estiradas... Instantes después, Estupiñán se apuntó al bombardeó y el argentino volvió a responder con maestría.

Drama en la prolongación

Con el partido cada vez más igualado, el Mallorca se apoyaba en Budimir (intenso duelo con Álex Muñoz) para generar peligro, mientras que el Zaragoza buscaba con ahínco a Linares y a Pombo. El partido gozaba de ritmo (aunque algo atropellado) y los dos equipos buscaban la suya con escaso acierto. Faltaba pausa. La que tuvo por ejemplo Salva Sevilla en el 40 para encontrar a Lago Junior en profundidad, quien se la pasó a un Budimir que volvió a tener el 1-0. Fue un aviso: cuando el Zaragoza ya estaba pensando en volver al vestuario, en el ocaso del descuento de la primera mitad, Raillo dejó en evidencia a la defensa. El central, en una gran subida, se colocó entre los centrales en el corazón del área y se aprovechó de un gran centro de Lago Junior para ajusticiar de un sublime cabezazo a los hombres de un Víctor Fernández que protestó con amargura que el gol había sido fuera de tiempo.

Herido, con un gol amargo por los cómos. En una bajada de guardia, dejando que el Mallorca iniciara la jugada y tocara con facilidad, con Raillo imponiéndose a Guitián y Álex Muñoz. El Zaragoza había pasado de la relativa tranquilidad del empate a la fatigosa y angustiosa cuesta del 1-0. Como casi siempre. La segunda parte empezó presentando a dos actores contrapuestos: el ambicioso y tenaz Mallorca, disfrutando de su sueño; el sufrido Zaragoza, aturdido aún por el puñetazo de Raillo.

Ocasiones mallorquinistas

Como el Zaragoza no iba a decidido a por el empate pero tampoco tenía un plan definido, el Mallorca quiso ajusticiar al herido. Como viendo la tumba ya cavada, Dani Rodríguez se encontró con Cristian tras un disparo seco y duro y Baba casi marca el 2-0 con un chutazo desde fuera del área. Las ocasiones eran bermellonas y el sufrimiento, blanquillo. Sólo Eguaras y Linares mostraron un hálito de vida. El navarro, con un disparo que golpeó en un central y se fue por escasos centímetros; el de Fuentes, con un tiro desviado. Era el minuto 56. Poco después, Soro entró por Pombo.

Una vez amainado el temporal balear, el Zaragoza se fue asomando a la meta de Reina. Pep Biel, con un latigazo, buscó la puerta bermellona y se quedó cerca. Acción-reacción: en la siguiente jugada, Budimir se quedó solo ante Cristian y no se decidió a disparar. Vázquez, que había entrado en el 67 por Ros, engatilló un centró de Nieto que pudo ser el empate.

Sagués Oscoz y Abdón Prats sentencian al Zaragoza

Todo se torció definitivamente en el minuto 72. Si el Mallorca estaba jugando bien y complicándole las cosas con justicia al Zaragoza, Sagués Oscoz quiso amargarle también la vida a los aragoneses. Joan Sastre se dejó caer ante Carlos Nieto, que no le tocó, y el árbitro decidió expulsar al zaragozano por doble amarilla (la primera la había visto en una falta muy leve en la primera parte). Ante tamaño bofetón, los visitantes bajaron los brazos y el recién entrado Abdón les sentenció con un buen disparo que significó el 2-0.

El Zaragoza ya había perdido el partido y estaba pensando en el vuelo de vuelta cuando Ariday le dobló las manos a Cristian con el 3-0. Hacía tiempo que los blanquillos agitaban desesperados la bandera blanca, pero el Mallorca hacía caso omiso de la capitulación blanquilla y seguía disparando a los heridos.

Al final, dura derrota para un Zaragoza noqueado, herido, que tiene una semana para recuperarse y concienciarse de que peor que esta derrota sería no ganarle al Nàstic, el rival de la próxima jornada.