Enrique Martín Monreal, un clásico vuelve a La Romareda
El Real Zaragoza recibirá el próximo lunes al Nàstic de Tarragona, un equipo que lucha por salir de la zona de descenso. A los mandos del equipo catalán, todo un experto en situaciones límite, un clásico del fútbol modesto español, Enrique Martín Monreal, un viejo conocido para la afición aragonesa que volverá a sentarse en el banquillo visitante de La Romareda.
Sabe bien el entrenador del Nàstic lo que es visitar el coliseo zaragozano, pues ya lo hizo en numerosas ocasiones como futbolista. En la máxima categoría, Enrique Martín vistió la camiseta del CA Osasuna durante ocho temporadas en las que ambos conjuntos lucharon cara a cara por objetivos similares. De aquella época data su primera visita, en febrero de 1981, en la que cayó derrotado por 3-1. En esa trayectoria, apenas pudo cosechar una única victoria como visitante en Zaragoza, en marzo de 1985, por 1-2, en una campaña en la que los rojillos alcanzarían posiciones europeas.
No tardaría demasiado en dar el salto al banquillo, pues ya en la campaña 1993/94 tomaba las riendas del conjunto navarro en la recta final de la competición, sin lograr salvar la categoría en los 22 encuentros que dirigió, entre ellos, el empate sin goles ante el Real Zaragoza en El Sadar. Después de dar un paso atrás para dirigir al filial de Osasuna y volver a la categoría de plata con el primer equipo, no volvería a enfrentarse ante el equipo aragonés hasta la campaña 2002/03, en su segundo paso por el Leganés y tras una campaña en el Burgos. Buen balance con el equipo pepinero, que empató en La Romareda y ganó en tierras madrileñas por 2-0.
Tras los pasos fugaces por Terrassa, Xerez y Numancia volvería a tomar las riendas del filial de Osasuna diez temporadas después, en la 2006/07. El gran hito en su carrera fue el ascenso de la campaña 2015/16, en la que la debacle de Real Zaragoza en Palamós le permitió entrar en promoción para acabar logrando alcanzar LaLiga Santander. En aquella temporada, ganó en La Romareda por 0-1 y empató en El Sadar, 1-1. En la última temporada, con el Albacete, volvió a sufrir una derrota en el coliseo zaragozano, frente a un equipo blanquillo enrachado cayó por 4-1 en el gran día de Papu, que anotó tres goles.
Afronta ahora una de los retos más complicados de su carrera, buscando una salvación que se sitúa ya a ocho puntos y que tiene de nuevo, en el estadio de La Romareda, una de las últimas esperanzas de poder asomar la cabeza hacia la permanencia.