Dos simples zarpazos del Cádiz suponen la primera derrota del curso

Dos de las sensaciones de la categoría se enfrentaban en La Romareda: Real Zaragoza y Cádiz. La atmósfera que lo rodeaba estaba a la altura, como no podía ser de otra forma. Ambientazo el vivido en el municipal, con las entradas agotadas aprovechando el inicio de las Fiestas del Pilar. No obstante, la fiesta se paralizó durante dos horas, ya que el cuadro de Cervera se llevó los tres puntos, lo que conlleva la primera derrota de la campaña para el cuadro de Víctor Fernández.

En los primeros instantes del choque costaba encontrar un dueño del balón. Posesiones sin peligro y alejadas del área, con 22 jugadores que se colocaban a la perfección sobre el tapiz evitando desajustes. En esas primeras transiciones, llegaba el primer disparo. Kagawa quería conocer a Cifuentes desde fuera del área, pero el balón no encontraba los tres palos. El japonés quería volver con fuerza y que se notara su presencia y pocos minutos después, trataba de encontrar al pichichi Suárez, pero la ocasión era cortada por la defensa gaditana.

Poco a poco, el Real Zaragoza iba haciéndose con la pelota y el Cádiz se limitaba a tratar de cerrar huecos imposibilitando las acciones blanquillas. Sin embargo, en un balón procedente la banda izquierda, Guti enganchaba en el segundo palo un chut que era detenido por un defensor amarillo. El rechace le caía a Suárez que no lograba sumar su octava diana por poco.

El Real Zaragoza presentaba su once de gala, pero con varios jugadores tocados. Vigaray, James y Kagawa regresaban al equipo, y el primero lo hacía por poco tiempo. Al minuto 20, el lateral avisaba al banquillo de que no podía continuar. Sus molestias musculares obligaban a Víctor a realizar el primer cambio. Guitián debutaba en partido oficial en el presente curso y el esquema cambiaba: defensa de tres centrales con dos carrileros, uno de ellos Guti.

La banda izquierda era el sitio por donde más peligro podía crear el conjunto de Víctor Fernández. Nieto se encontraba cómodo subiendo sin la presión asfixiante de un Salvi al que le costaba ayudar a Isaac. De hecho, el canterano se atrevía con dos disparos desde fuera del área. Uno parecía menos de lo que al final fue, obligando a Cifuentes a estirarse para despejar a córner. Y el segundo era la ocasión más clara de la primera mitad, un larguero que estuvo a centímetros de convertirse en el primer gol.

Con el Real Zaragoza subiendo líneas se llegaba al descanso. El público de La Romareda despedía a los colegiados con una sonora pitada. Ya en la segunda mitad, el partido se volvía a detener por el choque de cabezas de dos jugadores visitantes, los cuales sangraban. Reanudado ya el juego, el Cádiz parecía haber dado un paso adelante. Aumento de la presión que acababa aprovechando el cuadro de Cervera.

Saque de esquina botado por Álex al primer palo, que era rematado en primera instancia por Cala hacia el segundo palo, donde se situaba un Lozano habilitado que acababa tocando ese balón que entraba en la portería de Cristian llorando y sin que el argentino pudiera hacer nada. Uno arriba se colocaban los andaluces ante una Romareda que al instante volvía a animar a los suyos.

Pombo era el segundo cambio de Víctor. Un Kagawa que había ido de más a menos era el damnificado. Y el "8" entraba enganchado. Acción individual del canterano que terminaba con un disparo con la zurda que se marchaba alejada del arco. A los pocos minutos, de nuevo Pombo en una carrera por la izquierda, le ganaba la tostada a Isaac y cedía atrás a Luis Suárez, que se daba la vuelta y remataba arriba. La ocasión más clara de los locales.

Álex Blanco era la última bala de Víctor cuando aún quedaban 20 minutos. Sin embargo, poco iba a poder hacer. En una acción mal defendida por los blanquillos llegaba el segundo tanto amarillo. Nano Mesa remataba a placer dentro del área pequeña un balón servido por Álex Fernández desde la izquierda. Se acercaba la primera derrota del curso para el Real Zaragoza. E iba a ser contra el Cádiz, un justo líder al que es muy difícil encontrarle las cosquillas.