El malentendido "peace and love" que salvó la noche zaragozana
Como es sabido por todos los zaragocistas, el próximo 10 de mayo se cumplen 25 años de la conquista de la Recopa en París. De aquella genialidad (o locura) de Nayim en el último minuto de la prórroga. Llegar hasta ahí no fue fácil. En las semifinales, el Real Zaragoza tuvo que eliminar al Chelsea. Y justamente hoy, 6 de abril, se jugó la ida en La Romareda, donde ocurrió una anécdota muy curiosa.
El cuadro de Víctor Fernández firmó una noche redonda venciendo por 3-0, consiguiendo una gran ventaja para la vuelta en Stamford Bridge. Lo que empañó el encuentro fue la presencia y la guerra que dieron los aficionados ingleses en el estadio. Las fuerzas policiales consiguieron controlarlos en la previa al choque, pero dentro del estadio, y viendo el resultado de su equipo, comenzaron a causar graves disturbios. Comenzaron a enfrentarse a los policías, que tuvieron que recurrir a la fuerza para calmar los ánimos.
El partido continuó. El árbitro llegó a amenazar con suspender el encuentro, algo que finalmente no ocurrió. Pero todo dio un giro repentino cuando la grada blanquilla comenzó a entonar el famoso "písalo, písalo". Los hooligans ingleses escucharon aquellas palabras, pero no las entendieron bien. Los británicos pensaban que los locales pedían "peace and love" y a los pocos segundos se calmaron.
Del "peace and love" a la realidad
Lo ocurrido en las gradas no apareció en los diarios españoles a la mañana siguiente. De hecho tardó años en salir a la luz. Sin todavía certeza de que algo así ocurriera realmente, se cuenta que fue un narrador inglés de Eurosport presente en La Romareda el que relató lo que estaba ocurriendo y transmitió a los espectadores ingleses que los cánticos de la afición local demandaba "paz y amor", cuando en realidad no era así.
Los ingleses sí hicieron eco en sus diarios de lo que pasó en las gradas de La Romareda. En una crónica del partido se explica así: "Cuando nuestros seguidores, otra vez, comenzaron a dar un mal ejemplo al fútbol mundial, desde las gradas de La Romareda nació un grito de concordia, una fuerza enamorada que nos pedía la unidad de todos: 'paz y amor'".