Tres puntos de esperanza que cierran un año para el olvido

Había que ganar y se ganó. Victoria vital del Real Zaragoza ante el Lugo para despedir el año con buen sabor de boca, dentro del infierno. Porque estos tres puntos no sirven para salir del descenso, pero da confianza y fe al zaragocismo. Un gol de Chavarría, tras una gran asistencia de Eguaras ya en la segunda mitad, le dio la victoria a JIM en su estreno liguero ante los gallegos, que apenas supieron encontrarle las cosquillas a los aragoneses.

Los de JIM salían algo animados. En los primeros minutos de juego, el balón tenía el color blanquiazul y por lo tanto las ocasiones se decantaban hacia el lado del Real Zaragoza. Las primeras eran de cabeza. Primero Narváez y después Jair, tras el córner generado por el colombiano, provocaban que Cantero mostrara de que pasta estaba hecho. El rebote del testarazo del defensor era para Eguaras, pero su remate se encontraba con una marea de jugadores que hacían imposible que su derechazo encontrara las mallas.

Al cuarto de hora de juego, el Lugo todavía se sentía superado por los locales. Cantero volvía a intervenir un centro lateral de Francho directo a la cabeza del 'Toro' y el rechace caía a Eguaras. El navarro remataba, pero su derechazo volvía a encontrarse con una multitud con los que el balón se encontraba antes de la portería.

El Lugo, poco a poco, empezó a entonarse antes del descanso. Gerard Valentín metía el susto en el cuerpo de todo zaragocista con un remate al palo. No obstante, la jugada estaba invalidada por fuera de juego. Los de JIM habían saltado en este último encuentro del año con la obligación de ganar y algo más activos, pero seguían sin aprobar la asignatura pendiente en lo que va de curso: el gol.

Chavarría tuvo un remate tras una buena acción blanquilla provocada por la presión. Narváez conseguía reconquistar el esférico, que caía en los pies de Fernández. Centraba atrás hacia Francho y su remate mordido iba directo hacia el catalán, que no precisaba en la puntería.

El Lugo mejoraba y el ataque blanquillo desaparecía

Como viene siendo habitual en lo que va de temporada, la ofensiva del Real Zaragoza tiene serias carencias. Pese a haber llegado JIM al banquillo de La Romareda eso no iba a cambiar. El Lugo quiso aprovechar que el cuadro aragonés no transformaba lo que tenía y sí quiso hacerlo él. Los gallegos vieron en Jair un muro frente al que poco podían hacer.

Tras el descanso, el Real Zaragoza salía al igual que en la primera parte: algo más animado. Parecía un símil de los primeros 45 minutos. Los de JIM tenían ocasiones, pero no las aprovechaban. Narváez apareció para avisarle a Cantero. Gran remate con rosca del colombiano que se estrellaba en el travesaño.

Los zaragocistas habían dado un paso adelante en todo. Había más presencia en el campo rival, tanto el presión como en el ataque. Jugaban más por bandas y teniendo más éxito por las mismas. Por ello, se repetían algunas llegadas blanquillas que no terminaban de intimidar a Cantero.

Chavarría, para abrir la lata

A falta de 20 minutos para llegar al final, la buena presión del Real Zaragoza surtía efecto. El Lugo fallaba en la salida y Zanimacchia recuperaba balón. El italiano levantaba la cabeza y veía a Eguaras en la frontal. El centrocampista en lugar de disparar prefería asistir a Chavarría, que batía a Cantero por la escuadra con un zurdazo inapelable. El asistente levantaba el banderín, pero el VAR le daba el gol al catalán. Euforia blanquilla, que veía como el trabajo recibía el premio del ansiado el gol.

Sin todavía cambios por parte de JIM, Eguaras se tiraba al suelo. Sustitución obligada y Zapater ingresaba en el campo por el navarro. La buena imagen de los blanquillos provocaba que el nuevo míster no moviera el banquillo hasta la posible lesión o molestias de Eguaras. Y eso que había jugadores en la banda calentando.

Los siguientes cambios, ya en los últimos diez minutos, eran Jannick y Azón. Dos piernas jóvenes y frescas para mantener el resultado favorable y las buenas sensaciones. Eso sí, Juanpe tuvo una clarísima tras un gran centro lateral, pero su remate iba directo a las manos de Cristian.

Al final, poco más ocurrió. El Real Zaragoza supo mantener la calma y el Lugo no tuvo la paciencia para manejar el juego de forma que pudiera molestar a los de JIM. Victoria sustancial para los blanquillos que despiden el año con tres puntos que saben a gloria y esperanza.