El Consejo certifica la gravedad de la crisis económica del Real Zaragoza

El Real Zaragoza afronta en El Plantío un partido de vital importancia para sus aspiraciones deportivas. Tras nueve empates consecutivos, los aragoneses tienen la obligación de ganar para no aumentar sus problemas y, de paso, para salir de la zona de descenso en LaLiga SmartBank.

Sin embargo, la crisis deportiva, a la que el club parece haberse acostumbrado durante las últimas temporadas, no es nada comparada con la económica, arrastrada desde la marcha de la anterior propiedad. Pese al trabajo realizado por la Fundación 2032, que un año más arrojará beneficios –en esta ocasión de 3 millones– la deuda sigue acuciando a la entidad.

Con una deuda neta que se sitúa cercana a los 68 millones de euros, el Consejo parece dividido. Por una parte se encuentra Fernando Sainz de Varanda, sobrino del máximo accionista, César Alierta, cuyo objetivo primordial en este momento es el de encontrar un préstamo de entre 40 y 50 millones de euros que sirva para refinanciar gran parte de la deuda a largo plazo. Por otra, el resto de accionistas principales –los Yarza, Juan Forcén y Carlos Iribarren– que consideran que su tiempo ha pasado y que el Real Zaragoza requiere una solución definitiva en forma de venta.

Entretanto, la parcela deportiva vive también un momento delicado que bien pudiera obligar a la toma de decisiones en el corto plazo de no lograr mejorar los resultados. Aunque se confía en la reacción inmediata del equipo, únicamente los resultados marcarán el futuro del conjunto blanquillo, tanto en la figura de su entrenador, Juan Ignacio Martínez, como en la del director deportivo, Miguel Torrecilla.