Ganar, la única vía para no acercarse más al precipicio

El Real Zaragoza recibe este sábado al Málaga CF con la dolorosa realidad de que debe haber un cambio de expectativas con lo deseado a principio de temporada y centrarse de lleno, únicamente, en la permanencia, una tesitura prácticamente ya asumida por los malaguistas.

El último empate en el campo del Ibiza dejó al conjunto aragonés a cinco puntos del descenso y a diez de lo que era su objetivo inicial, la lucha por el ascenso de categoría, y algo muy parecido le ocurre al Málaga en el segundo partido de Natxo González, ex del Zaragoza, en su banquillo, pues es decimocuarto con sólo dos puntos más que los zaragocistas.

Con estos datos, el conjunto blanquillo parece claro que tendrá que centrarse en salvar la categoría sin pasar apuros y para ello el primer paso es ganar, algo que no hace desde hace siete jornadas cuando venció en casa al actual líder de Segunda, el Eibar. Mientras, el Málaga lleva tres sin vencer, con dos goleadas seguidas (0-5 ante el Ibiza y 3-0 con el Mirandés).

Aquel triunfo hizo creer en que se podía mirar hacia la parte alta de la clasificación, pero nadie sospechó que podía ser lo que al final acabó siendo, el principio del fin de sus aspiraciones, tras encadenar primero tres derrotas y luego otros tantos empates.

Tres puntos de 18 posibles le han dejado como el equipo que marca la salvación y ante la dolorosa realidad de que solo vale pensar en mantener la categoría, algo que solo puede venir de la mano de victorias.

Por ello, un triunfo ante el Málaga se antoja vital, desde el punto de vista cuantitativo y también por la liberación psicológica que puede suponer quitarse de encima la losa de no sumar de tres en tres.

El equipo de Juan Ignacio Martínez, con la baja de Vigaray y las dudas de Fran Gámez y Bermejo, deberá mejorar sus prestaciones porque da la sensación de que es como esa manta corta con la que si te tapas la cabeza, te destapas lo pies, y al revés.

Es un partido de necesidades, porque los andaluces solo han ganado uno de los últimos ocho disputados, por lo que el aspecto psicológico y la gestión de los nervios pueden ser cruciales en el regreso de Natxo González a La Romareda.

Mientras, el Málaga, tras el varapalo de dos goleadas encajadas y un cambio de entrenador (José Alberto López) entre medias, llega a Zaragoza con el reto de superar su crisis de resultados y de juego, pues no gana desde el 3 de enero (0-1 en Alcorcón, en su primera victoria a domicilio de la temporada).

Los blanquiazules visitan a un equipo con idénticos problemas y que no se puede descuidar, al estar a cinco puntos de los puestos de descenso, con lo que intentarán aprovechar el nerviosismo del rival para dar un paso adelante y cambiar su tendencia.

El nuevo entrenador del Málaga ya ha tenido tiempo en esta semana plagada de entrenamientos de inculcar a sus jugadores planteamientos diferentes, algo que espera que dé sus frutos en forma de triunfo para volver a la situación de hace unas semanas, cuando era el mejor equipo local (ocho triunfos), aunque de los peores como visitante.

La primera medida de Natxo González es intentar cortar la sangría de goles en contra, al ser el segundo equipo más batido con 38, tras los 47 encajados por el Alcorcón, y el quinto menos realizador con 23.

Son bajas por problemas físicos el defensa Juande Rivas y los lesionados de larga duración Genaro, Luis Muñoz y el delantero argentino Pablo Chavarría, aunque el Málaga recupera al interior Paulino, restablecido de una gastroenteritis y que podría ser titular, junto con el meta Dani Martín y los centrocampistas Álvaro Vadillo e Ismael Gutiérrez, una vez superadas sus lesiones.