Han pasado ya dos años desde que la pandemia quebrara los sueños de ascenso del Real Zaragoza. Un equipo lanzado a por el ascenso que tras el parón por el coronavirus no acabó de encontrar su lugar y al que le afectaron algunos casos localizados en el vestuario, como el de Javi Puado.
El delantero catalán había llegado a la entidad aragonesa para suplir a Raphael Dwamena, baja por un problema de corazón. Durante unos meses, entre finales de noviembre y aquel fatídico inicio de marzo, Puado se hizo valedor del cariño de la gente por su entrega, calidad y gol, hasta tres en ese periodo.
Uno más anotaría el delantero tras el confinamiento, pero entonces ya nada fue igual. Además, Javi Puado se vio afectado por el coronavirus y no pudo formar en el equipo de Víctor Fernández para medirse al Elche en la eliminatoria por el ascenso.
Sin embargo, pese al poco tiempo que pasó en la capital del Ebro, Puado guarda un grato recuerdo de aquello, “les guardo mucho cariño, tanto a la ciudad como a los aficionados y el club. Es verdad que no fue ni una temporada completa, pero para mí fue especial y muy bonita. No pudimos conseguir el objetivo que estaba ahí al borde, pero es verdad que para mí fue muy buena experiencia” según confesaba en Radio Marca.