Tenerife, territorio difícil para el Real Zaragoza
El Real Zaragoza visita el Heliodoro Rodríguez López el próximo sábado para enfrentarse a un CD Tenerife que llega sumido en un mar de dudas tras cuatro derrotas en las últimas cinco jornadas. Los de Juan Ignacio Martínez, por su parte, consiguieron empatar sobre la bocina en su último compromiso y, sumado a la derrota en Cartagena, han visto como su racha de cuatro victorias consecutivas ha sido detenida.
Los blanquillos visitan un estadio complicado, en el que tan solo han logrado dos victorias en el siglo XXI. Ambas quedan lejanas, ya que la última se produjo hace doce años, todavía en primera división. Actualmente, los dos conjuntos enfrentan una realidad diferente en la que sueñan con retornar a la élite del fútbol español lo antes posible.
Precedentes
Desde que chicharreros y aragoneses están en la división de plata, se han enfrentado en ocho ocasiones en territorio canario, pero en ninguna ocasión han ganado los zaragocistas. El bagaje es de cuatro victorias locales y cuatro empates y la última victoria blanquilla data del 31 de enero de 2010. Aquel día, un Real Zaragoza encabezado desde el banquillo por José Aurelio Gay, consiguió remontar en la recta final del partido gracias a los goles de Suazo, Colunga y Lafita, todos ellos en un tramo de 7 minutos frenéticos.
Un año antes, con ambos equipos en segunda división y en una temporada donde los dos equipos ascenderían, Ewerthon desniveló la balanza a favor de los de Marcelino en los compases finales. Desde entonces, partidos muy igualados como el que se vivió en la 19/20, donde Luis Suárez y Luis Milla, ahora compañeros en el Granada, hicieron los goles, o un curioso 1-0 en la temporada anterior en el que el autor del gol del CD Tenerife fue Nano Mesa, ahora en las filas del Real Zaragoza.
El precedente más reciente se encuentra en diciembre: los de JIM llegaban tras caer derrotados con claridad en Almería y sucumbieron, de nuevo, ante los de Luis Miguel Ramis. Un gol de Elady y otro de Mollejo, prácticamente seguidos, fueron suficientes para que los tinerfeños se llevaran el botín de La Romareda.