En el mundo del fútbol no existe el pasado. Todo es presente. Sobre todo en el caso de los entrenadores, cuyo bagaje de poco sirve si no va acompañado de resultados. Bien lo sabe Javier Aguirre, cuya trayectoria acumula experiencias en medio mundo.
También en el Real Zaragoza. Con el equipo blanquillo tuvo ocasión de vivir el rostro amable de la moneda. Llegó a un equipo que, tras 11 jornadas con José Aurelio Gay, era último. De la mano del mexicano se logró la permanencia con el polémico partido ante el Levante. Sin embargo, el curso siguiente, apenas duró 16 jornadas, antes de la llegada de Manolo Jiménez.
Una historia vivida en muchas ocasiones. Las últimas, a caballo entre México y España. Hace apenas unos meses, Javier Aguirre era despedido de Rayados de Monterrey. Entonces se rumoreaba que entre los elementos que formaban parte de su finiquito se encontraba un Ferrari.
Ante una nueva oportunidad, el técnico no dudó y regresó a LaLiga Santander, donde su currículum se escribe, por lo general con buenas experiencias, aunque en la última ocasión, no había podido salvar al Leganés. Algo que sí consiguió esta vez con el Mallorca, aunque tuvo que esperar a la última jornada. En nueve partidos logró cuatro victorias y un empate, 13 de los 39 puntos del equipo balear en la temporada, que han vuelto a convertir a Javier Aguirre en héroe. En esta ocasión, de la afición balear.