Real Zaragoza-UD Las Palmas: La última gran fiesta de La Romareda
Inevitablemente, cada vez que Real Zaragoza y UD Las Palmas se cruzan en el camino, el aficionado blanquillo lleva su mente al estadio de Gran Canaria y al partido de vuelta de la final por el ascenso en el que el conjunto amarillo consiguió el retorno a la máxima categoría a costa de los aragoneses por 2-1, con un gol de Araujo en el minuto 84 de partido.
No se recuerda, quizás, que apenas unos días antes, lo que va del 21 al 17 de junio, el estadio de La Romareda había vivido una auténtica fiesta, posiblemente la última gran fiesta que el coliseo zaragozano ha acogido en los diez años de periplo en Segunda división.
Hay que tener en cuenta que la afición había recobrado la esperanza tras la remontada frente al Girona, un 1-4 en Montilivi al que se había llegado tras el 0-3 de la ida en un buen partido del Real Zaragoza. Aquel día, ante la UD Las Palmas, no cabía un alma en La Romareda y, además, acompañó el resultado. Lo hizo con un 3-1 que llenaba de esperanza a los aragoneses gracias a los goles de Rico, Pedro y William José.
La historia acabó mal, pues no se pudo consumar el ascenso, pero aquella fue una noche mágica, como tantas de las que ha vivido en su historia La Romareda. Algo que nunca más volvió a suceder. Pese a que se intentó que la atmósfera fuera similar, el Numancia se llevó por delante las ilusiones blanquillas en 2018 y la pandemia impidió jugar con público la promoción de 2020 frente al Elche.
Un recuerdo que ofrece escaso consuelo pero que espera encontrar relevo más pronto que tarde, con un Real Zaragoza capaz de luchar de nuevo por el ascenso hasta el último partido, convirtiendo a La Romareda en el lugar más feliz del mundo, al menos por un instante.