Las vísperas de un Rocío atípico: sin cultos y retransmitido por Internet
Un Rocío diferente, atípico: sin cultos y retransmitido por Internet. La apertura de la parroquia almonteña deberá esperar más tiempo que el resto de templos de la diócesis onubense. Así las cosas, se da prácticamente por hecho que no podrá contemplarse en vivo a la Virgen del Rocío hasta una vez superado Pentecostés, a finales del mes de mayo. Para entonces habrá comenzado la fase 2 de la desescalada, por lo que los templos sólo podrán albergar el 50% de su aforo, un porcentaje insuficiente para acoger a los miles de rocieros que aguardan para ver a la Blanca Paloma.
La crisis del coronavirus ha hecho estragos, y las hermandades rocieras ya se preparan para vivir unas vísperas bastante atípicas: sin cultos la mayoría de ellas y las que los celebren, sin fieles y retransmitidos vía Internet. En la provincia de Huelva, son varias las que ya han informado de su plan de cara a este Rocío tan especial. Es el caso de la Hermandad Matriz de Almonte, que ha hecho pública la convocatoria de cultos para este Pentecostés, que cuenta con una bella orla de Javier Jiménez Sánchez-Dalp. en la que debe destacarse que la celebración de la novena tendrá lugar del viernes 22 de mayo al sábado 30, cuando lo habitual, en los años en los que la Virgen del Rocío se encuentra en la localidad onubense, es que acabe dos semanas antes de la romería.
La novena dará comienzo cada jornada a las 20:30 horas, y se podrá seguir por las redes sociales. Se aplicará por las 125 hermandades filiales, que quedarán agrupadas por días desde las más jóvenes hasta las de mayor antigüedad, que como es lógico, este año no podrán peregrinar hasta el Rocío. Por su parte, el domingo 31 de mayo tendrá lugar la solemne misa de Pentecostés, presidida por el obispo de Huelva, monseñor José Vilaplana Blasco.
A las 00.00 horas, cuando ya sea Lunes de Pentecostés, se procederá en la parroquia almonteña de la Asunción a rezar el rosario en el que tradicionalmente participan todas las hermandades rocieras con sus simpecados, y la cual concluye con el esperado salto de la reja de los almonteños, momento en el que comienza la procesión de la Blanca Paloma, que permanecerá en el pueblo de la que es Patrona hasta que se reúnan las condiciones necesarias de seguridad para su regreso al Rocío.