Un punto que sabe a poco en Zorrilla
Un punto a domicilio nunca es malo. Sumar fuera de casa es importante y sobre todo llegar al parón con sensaciones positivas. Pero el Eibar mereció más. Los de Mendilibar fueron superiores al Valladolid, principalmente en la segunda parte, pero la expulsión de Arbilla en el 73 condicionó la última fase del encuentro.
La intensidad fue una premisa para los dos equipos desde el primer minuto con una presión defensiva del Eibar que se hizo evidente, y de la que el Real Valladolid supo zafarse para disponer de una gran ocasión en el minuto 7, tras la internada de Toni en el área que remató Ünal para que detuviera Riesgo en una gran intervención.
Un Riesgo que pasó a ser titular tras lesionarse Dmitrovic durante el calentamiento y que se estrenó con éxito con esa buena parada. Esa oportunidad impulsó a los eibarreses que, tres minutos después, pudo inaugurar el marcador a través de Orellana, que entró perfectamente por la banda derecha pero cuyo disparo detuvo Masip.
Eibar y Real Valladolid buscaban la posesión del balón y aprovechar cualquier laguna del contrario para llegar al otro área, aunque ni en un caso ni en el otro hubo recompensa ni claras ocasiones de peligro, pasando a una etapa de juego más trabado y menos vistoso.
El cuadro vasco siguió apretando arriba para robar el balón y plantarse en la portería rival y, en una de esas acciones, Orellana logró rematar de cabeza con un potente disparo que, de nuevo, se encontró con un seguro Masip en la meta local, lo que impidió que el resultado se modificara.
Los de Mendilibar lo intentaron con más ganas en los compases finales del partido, pero las incursiones resultaron infructuosas ante la bien plantada defensa blanquivioleta y la seguridad aportada por Masip, también a balón parado, por lo que se llegó al descanso con el 0-0 inicial.
Tras la reanudación, el choque se desarrolló bajo los mismos parámetros que al inicio del mismo, con un Eibar más intenso y con más intención, que presionaba en busca del error local, lo que derivó en una primera oportunidad de Cucurella, que tras un buen pase de Diop, envió el esférico por encima del larguero.
Pero el conjunto de Sergio González fue mostrando su valentía y, con la entrada de Verde por Leo Suárez, quedó clara la idea del técnico de buscar el gol con más ahínco, aunque fue el cuadro armero el que pudo encontrarlo, de no ser porque el disparo de Charles, tras robar Cucurella el balón a Moyano, se fue a la grada.
El Eibar pasó a controlar el ritmo de juego y a asediar con más peligro la meta defendida por Masip, pero fue el Valladolid el que pudo inaugurar el marcador a balón parado, tras una mano cometida por Arbilla que supuso la segunda amarilla para el jugador del Eibar, pero su disparo salió ligeramente desviado.
El atacante italiano levantó al público de sus asientos con otro gran disparo que no encontró la portería visitante por muy poco, y que sirvió para contrarrestar la opción que anteriormente tuvo Kike en sus botas. Mas su lanzamiento salió demasiado flojo y Masip no tuvo problema para interceptarlo.
El partido estaba muy abierto y el final era una incógnita, ya que ambos equipos se volcaron para sorprender al rival, pero ninguno conseguía disponer de ocasiones claras, ni siquiera a balón parado, puesto que ambos equipos mantuvieron la concentración defensiva para evitar ese gol postrero, que finalmente no llegó.