Todo al rojo
La selección española exhibió el poderío con el que camina hacia la Eurocopa 2020 en la incómoda visita a Islas Feroe, el día en el que Sergio Ramos se convirtió en el futbolista con más victorias en la historia de la Roja, con 122, y lo celebró con un tanto que abrió el camino de la goleada (1-4).
Hacía 23 años que España no se medía a Islas Feroe. En aquella primera visita se enfrentó a un equipo sin profesionales en sus filas. A Kiko Narváez le cubrió un carpintero, al goleador de aquellos duelos, Luis Enrique, un electricista.
En el presente se ha profesionalizado el deporte favorito en Islas Feroe. Sus futbolistas juegan en ligas menores de Noruega, Islandia o Dinamarca, pero siguen a años luz de España.
Ni el césped artificial ni una fecha incómoda en el calendario tras semanas de parón y a puertas de las deseadas vacaciones descentraron a los internacionales españoles. Su cabeza estuvo en el partido y demostraron su clara superioridad desde el pitido inicial. A los 5 minutos ya mandaban en el marcador.
El autor del tanto no podía ser otro que Sergio Ramos, en su vuelta tras dos meses de ausencia a los terrenos de juego y en una fecha especial. El día que se convirtió en el jugador con más triunfos en la historia de España, sacó partido de la pasividad defensiva de Islas Feroe en las acciones a balón parado para conectar un testarazo imparable, ajustado a un poste.
Era un regreso a la infancia de los jugadores españoles. Un estadio sin grada en un fondo ni un lateral, con campos anexos, en una superficie que hacía años que no pisaban. El dominio fue abrumador. Con el liderazgo al mando de un Santi Cazorla resucitado para el fútbol que dio una lección. Retrasando metros su posición respecto a su etapa anterior a la lesión que le amargó la vida dos años, entendiendo el fútbol como pocos y disfrutando del sueño.
Apenas con balones colgados, con saques de banda en largo, aspiraba a incomodar a Kepa la selección de Islas Feroe. Una titularidad que reabre el debate de la portería con De Gea. Cuando adelantaban metros, España lo aprovechaba. Otro remate de cabeza de Ramos rozó el segundo, que llegó con una gran jugada colectiva. Toque con velocidad y verticalidad hasta que apareció Navas con espacios para culminar su elegante carrera con un disparo cruzado.
Siempre marcó Islas Feroe a España en sus dos enfrentamientos previos y no falló en el tercero. En una de sus pocas llegadas, a balón parado, el cabezazo al primer palo de Færø lo remató a la red Olsen de espaldas a la portería desviando ligeramente el balón. No hubo opciones para la esperanza en medio de la fiesta local. Tres minutos después, Isco apareció.
Su gesto técnico mereció el gol. Colocando el cuerpo para sacar un disparo ajustado que repelió el palo. El portero Gestsson, que había hecho la estatua, vio cómo el balón impactaba en él y se metía en su portería. Se desquitó minutos después con una gran estirada abajo tras un zurdazo de Cazorla y rápido con los pies para evitar un tanto de Isco.
La segunda parte se presentaba con poca historia. La llamada del ausente Luis Enrique para el descanso a Ramos pensando en Suecia y el intento de Islas Feroe de dar el paso al frente con valentía.
El equipo local adelantó la línea de presión e intentó incomodar. Redujo las llegadas españolas a su área. Otra cosa era crear peligro a Kepa, que no intervino ante ningún disparo con peligro.
El broche a la goleada española llegó con la imaginación de Marco Asensio, que firmó un pase entre líneas, y la llegada con calidad de Gayá desde el lateral. Si el pase fue bueno, la culminación, aún mejor.
El toque de exterior con la zurda superó por arriba la salida desesperada del portero. La pelea de Morata se quedó sin gol pese a un gran remate final y el estreno de Fabián con España pudo ser acompañado por un tanto, pero perdonó un mano a mano.