Con la misma pegada de siempre
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| Sevilla F.C.- Zaragoza | |
| 4 | 1 |
| Goles: 1-0, Konko (m.7); 1-1 Arizmendi (m.32); 2-1 Luis Fabiano (m.46); 3-1 Perotti (m.56); Luis Fabiano (m.85). | |
Finalmente no hubo debate sobre Jiménez en la grada.
El Sevilla se ha impuesto al Zaragoza con relativa comodidad en un partido lleno de luces y sombras. Luces, porque parece haber encontrado un lateral derecho de garantías y un centrocampista que hace la raya y se impone físicamente a sus rivales. Konko ha cuajado una noche soberbia, mientras que Zokora se ha reivindicado como indiscutible. Al margen de eso el equipo mantiene la pegada y tiene en Luis Fabiano a un futbolista que hoy por hoy se cree imparable y lo demuestra. Sombras, porque la pareja de centrales Escudé-Fazio ha estado dubitativa fruto del ataque de nervios que ha demostrado el argentino, y porque Negredo aún no está al nivel físico que debe hacer de él un futbolista que marque diferencias.
Un partido loco
{mosimage}El Sevilla salía con querencia por la pelota, mientras que la apuesta de Marcelino en el Zaragoza era clara por aprovechar la velocidad de sus puntas, especialmente la de Pennant por la derecha. Pero el gol llegaría pronto. Renato se llevaba un balón tras una jugada embarullada en la frontal del área, tocaba por encima de los centrales y Konko, muy activo en el arranque, se quedaba sólo para batir por bajo a Carrizo ante la pasividad maña. Tardaría en despertar el Zaragoza tras unos minutos en los que el Sevilla buscaba azarosamente el segundo, pero dicha reacción llegaría. El Sevilla jugaba con fuego, se atacaba de los nervios sin motivo y encajaba un gol absurdo en el 32. Arizmendi recogería un balón tras una buena jugada para batir a un sorprendido Palop que pudo hacer mucho más. Sólo tardaría dos minutos en responder el Sevilla con un tiro de Luis Fabiano que acababa increíblemente yéndose al poste. El arreón fue importante, y fruto de un pelotazo de Palop al más puro estilo de fútbol directo, llegaría en el descuento una prolongación de Negredo que resolvería Luis Fabiano, posiblemente el delantero más en forma del mundo, con una sutil vaselina sobre Carrizo.
El inicio de la segunda parte no fue bueno. En contra de los intereses del Sevilla, el partido se convirtió en un peligroso correcalles en el que la velocidad de Arizmendi y la conducción del joven Ander Herrera amenzaban con derribar a un nerviosísimo Fazio. Pero el fútbol tiene cosas incomprensibles. El argentino se sacó de la chistera una galopada de 60 metros que resolvía con centro al área y zurriagazo monumental de Perotti, que la ponía en la escuadra casi sin ángulo. En un suspiro Nervión pasaba de la zozobra al éxtasis que concedía la ventaja de dos goles. El cuarto llegaría como premio a un córner extraordinariamente sacado desde la derecha que remataba primero Fazio y tras el paradón de Carrizo y el toque del larguero remachaba O´fabuloso en dos tiempos.
