Árbitro
Martin Atkinson (Inglaterra). Enseñó amarilla a Elson, Hilbert y Boka en el Stuttgart. También amonestó a Escudé en el Sevilla.
Formaciones
Sevilla FC: Javi Varas; Konko, Squillaci, Escudé, Fernando Navarro; Navas, Zokora, Romaric (Duscher 61'), Capel (Perotti 57'); Luis Fabiano y Koné (Negredo 29').
Stuttgart: Lehmann; Boulahrouz (Celozzi 46'), Tasci, Delpierre, Boka; Hilbert (Rudy 46'), Kuzmanovic, Hitzlsperger (Schieber 63'), Elson; Hleb y Pogrebnyak.
GOLES
1-0 Jesús Navas (m. 14); 1-1 Kuzmanovic (m. 78)
INCIDENCIAS
Partido correspondiente a la cuarta jornada de la Liga de Campeones entre el Sevilla y el Stuttgart.
Hay que decirlo con todas las letras. Lo del Sevilla en esta fase de grupos de la Champions ha sido un auténtico PASEO. El partido ante el Stuttgart ha sido el ejemplo más claro de la absoluta superioridad del conjunto nervionense en este Grupo G donde, con tres victorias y un empate, se ha plantado en octavos sin problemas. Sin pisar el acelerador en ninguna fase del choque, los de Jiménez optaron por lo práctico ante un rival que no le perdió la cara al choque en ningún momento. Los de Babbel llegaban con la obligación de ganar para seguir vivos. Lo intentaron al principio del choque cuando Pogrebnyak desaprovechó una inmejorable contra para poner el peligro en la meta de Javi Varas, pero a partir de ahí nada de nada. A base de dos o tres zarpazos de fútbol y velocidad, los sevillistas empezaron a inquietar a Lehmann. Primero Koné tras pase de Capel en una jugada que el costamarfileño echó por tierra con un mal centro a Luis Fabiano en la boca de gol. Después, con un magistral balón interior de O’Fabuloso a Navas que éste mandó a la red batiendo por bajo al guardameta alemán en el minuto 14. De ahí al descanso, fútbol control y juego a medio gas casi pensando ya más en la Liga que en el campeonato continental. Alguna buena arrancada de Konko por la derecha y una ocasión para Negredo, que tuvo que entrar en el campo en el 29 por lesión de Koné (parece que le ha mirado un tuerto al chaval). Tiempo que aprovechó el Sevilla para medir el nivel de fuerzas de Romaric (algo justito) y para volver a comprobar que hay portero de largo recorrido en los guantes de un Javi varas que detuvo una internada de Boka con acierto. Al descanso ya estaba todo dicho.
A pesar de ello, los alemanes se crecieron en la reanudación. Daba la impresión de que los locales andaban pensando en otra cosa cuando Rudy y Pogrebnyak estuvieron cerca de hacer la igualada, con palo incluido. Avisaban los visitantes y se diluía el Sevilla en la nada, a pesar de la entrada de Perotti por Capel. Ni una ocasión de gol para los de Jiménez que veía como se le complicaba el partido. Duscher, que había sustituido a Romaric, sufrió una sobrecarga en el minuto 71 que le mandó al banco con los tres cambios realizados. Eso mató al equipo, que ya andaba sufriendo y que terminó por doblegarse. Un lejano disparo del deseado Kuzmanovic (con toque de un defensa incluido) se coló por la escuadra de Varas logrando el empate. De ahí al final tocó sufrir. Schieber tuvo la pelota para ganar, pero falló. Así acabó todo. Un deslucido choque que sirve para lograr el objetivo, pero que impide al conjunto nervionense ser el único equipo capaz de ganar los cuatro partidos disputados y haberse proclamado líder de grupo a falta de dos jornadas. Habrá que esperar algo más para certificarlo, aunque a nadie se le escapa que lo que ha conseguido este equipo es de notable alto.