Un gol para la historia (2-3)

 
 
 
El Desmarque

El fútbol es grandísimo. Enorme. Una barbaridad. Es el único deporte capaz de deparar momentos como el de esta noche en Almería. El Sevilla estaba muerto, fuera de la Champions, exhausto, reventado, sin opciones y con uno menos. Se había dejado empatar dos veces un partido que iba ganando. Ya no creía en el milagro, y en el descuento, el héroe de la Copa de juveniles, Rodri, se sacaba un golazo alucinante que le da a su club la gloria de repetir clasificación para la Liga de Campeones. Triunfará o no en el Sevilla, pero a sus 19 años ha sido tocado por la varita mágica para marcar un gol que pasará a la historia del club. Y de hermandad andaluza nada de nada. El Almería ha corrido como si pudiese ganar la liga y se atisban partidos a muerte entre estos dos equipos. Los almerienses se han 'granjeado' un enemigo deportivo.
El Sevilla salió al campo atontado. Excesivamente relajado, a verlas venir. Como en Valladolid. La actitud era impropia de un equipo que se jugaba tanto. En los diez primeros minutos, Crusat había convertido la zona de Stankevicius en una autopista, habían tenido tres ocasiones clarísimas y el árbitro le había perdonado un penalti al lateral derecho sevillista, una rémora para su equipo. Pero el fútbol no tiene por qué premiar siempre a los que más lo intentan. Al cuarto de hora, Navas levantaba la cabeza, la ponía en el centro del área y Kanouté se sacaba un remate perfecto que tocaba en el palo y se colaba en la meta de Esteban. Gol más que necesario porque tampoco tardaba el Mallorca en ponerse por delante ante el Español. El gol no cambiaba el partido. El Sevilla seguía en el alambre por culpa de la enorme diferencia futbolística entre Crusat y Stankevicius. Al borde del descanso, encontraría su justo premio el equipo local. Enésima cantada de Stankevicius por su banda, centro de Juanma Ortiz y golazo de Soriano. Muy mal el Sevilla en la primera parte. Lo mejor, el resultado.
En la segunda parte estaban de inicio las fuerzas más igualadas. El partido era precioso y el Sevilla ya jugaba con más espacios. A los siete minutos, Capel conducía una contra extraordinaria, Navas centraba donde más daño se puede hacer, y el despeje de Esteban tocaba en Chico ante el intento de remate de Negredo para colarse en las redes. El Sevilla volvía a puesto Champions en una noche de infarto. Cada vez estaba más controlado el partido... pero a Negredo le dio por insultar a la madre del linier y era expulsado con 24 minutos por delante. No sólo metía a su equipo en un problema, sino que se perdía automáticamente la final de copa. A falta de 14 minutos, el Mallorca le metía el segundo al Español. Había que aguantar como fuera. Con 12 minutos por delante llegaba la tragedia. Ortiz chutaba de 35 metros y metía por la escuadra el gol de su vida... el Mallorca quizás lo merecía más y ya lo tenía y lo celebraba en su estadio, viendo por el videomarcador como languidecía el Sevilla hasta que Rodri tiraba a patadas la puerta de la historia.