Lo que el adiós de Spahic conlleva

La salida de Emir Spahic pilló por sorpresa a todos. Sorprendió por el momento, ya que el equipo estaba concentrado preparando la vital cita copera ante el Atlético, pero sobre todo porque estaba mostrándose como el central más destacado de la plantilla.

Sin ser una garantía absoluta de fiabilidad, su rendimiento estaba por encima del resto de la zaga. Ahora, con su marcha al Anzhi, Fazio, un hombre habitualmente discutido, se queda como el central fijo para Emery, que ante la ausencia del bosnio sigue buscando el recurso perfecto para acompañar al de Buenos Aires.
La rueda de prensa de este viernes ha sido un claro ejemplo de que todas sus dudas son relativas a la retaguardia, donde Botía está pagando su mal partido ante el Atlético y el vasco está usando a Fernando Navarro, un lateral zurdo, como central izquierdo. Algo que puede hacer gracias a la irrupción de Alberto Moreno en el primer equipo.
No obstante, con esto demuestra el de Hondarribia que no confía ni en Botía ni en Cala. Para cada uno esgrime un argumento. En el caso del murciano, dice que "está trabajando bien, pero la adaptación a un entorno de exigencia alto no es fácil. Le ayudamos aislándole cuando las cosas no salen bien para y buscamos dónde puede jugar mejor. Él es diestro, y como central zurdo tiene más problemas de salida de balón". Sobre el de Lebrija, asegura que "aunque irrumpió con fuerza, estaba jugando poco cuando llegué y por eso necesito conocerlo más, tener más información".
Dice Emery que "habrá momentos para todos", y es lógico teniendo en cuenta que no tiene demasiadas piezas para elegir y que casi siempre suele aparecer algún contratiempo. Esto es lo que la salida de Spahic conlleva, que el técnico tenga que andar, a estas alturas, buscando soluciones para una posición que daba problemas incluso con su mejor hombre. Lo que muchos temen es que Europa se haga inalcanzable si el equipo no corrige sus defectos atrás a tiempo.