Adelantarse o morir
El Sevilla recibe este lunes en Nervión la visita del Athletic. Y lo hace con un grado de confianza que sería mucho menor si el encuentro se disputase en San Mamés, porque, esta temporada, la diferencia entre el Sevilla de casa y el Sevilla foráneo en la Liga es realmente abismal.
Tanto, que es el tercer peor visitante del Campeonato (sólo ha conseguido un triunfo, en Riazor en la quinta jornada) y no consigue poner fin a esa mala dinámica. Pero no. El encuentro es en el Ramón Sánchez-Pizjuán, donde con Emery en el banquillo el equipo cuenta sus partidos ligueros por victorias (cinco: Granada, Rayo, Deportivo, Celta y Zaragoza).
Decía el técnico vasco hace unos días que le preocupa que, pese a que la idea es la misma en Nervión que fuera, la distancia sea tanta, y que esto está relacionado con la capacidad de generar ocasiones de gol. Y argumentaba Monchi, en la entrevista en Diario de Sevilla, que no ve tanta diferencia entre el Sevilla local y el visitante, sino que lo que percibe es la dificultad del plantel para rehacerse ante un contratiempo y levantar un resultado adverso. Esto último, comentado por el director deportivo, tiene su razón de ser.
Y es que el conjunto hispalense suele adelantarse cuando juega en casa pero, en cambio, cuando actúa a domicilio acostumbra a permitir que sea el rival el que cobre ventaja en el marcador. Esto es letal para el equipo, tal y como lo reflejan las estadísticas.
En el Pizjuán, ha ganado nueve veces poniéndose por encima de sus contrincantes: Getafe, Real Madrid, Betis, Osasuna, Granada, Rayo, Deportivo, Celta y Zaragoza. Asimismo, dos de las tres derrotas sufridas como local se produjeron siendo el adversario el primero en hacer gol: Valladolid y Málaga. Sólo ante el Barcelona marcó primero el Sevilla y acabó perdiendo, así como únicamente ante el Mallorca fue capaz de reponerse a un resultado adverso (por partida doble, además) para llevarse los tres puntos.
Todo lo contrario ocurre fuera de la capital hispalense. El único triunfo logrado tuvo lugar en La Coruña, donde el Sevilla fue el primero y el único en ver portería (0-2). Por lo demás, nueve de las derrotas llegaron tras gol inicial del enemigo: Celta, Zaragoza, Athletic, Atlético, Real Sociedad, Valencia, Real Madrid, Mallorca y Levante. La única derrota que llegó pese a anotar primero fue en el Camp Nou, en un caso paralelo a lo ocurrido con el Barcelona en Nervión. Sólo en Los Cármenes y en Cornellá logró al menos empatar pese a comenzar cediendo terreno; mientras que en Getafe, en el debut liguero de Emery, marcó antes que los azulones pero se dejó igualar.
Así pues, podemos decir que los triunfos y las derrotas del Sevilla esta campaña, tanto si se producen en casa como fuera, están directamente relacionados con el primer gol de los partidos. En casa, el Sevilla es capaz de tener la iniciativa a merced de ser el primero que acierta ante la meta rival. Cuando es foráneo, sufre el mal de tener que ir a remolque y la incapacidad de remontar los encuentros que se le ponen cuesta arriba. Otra visión del abismo que existe entre el Sevilla local y el visitante.