Un café en la 'boulangerie'

Álvaro Ramírez IIIEl Sevilla ha logrado una importantísima victoria en Granada, la tercera consecutiva en la Liga, que le mantiene cerca de los puestos europeos y que además le confirma como uno de los equipos punteros del campeonato, de esos que jugarán mirando arriba más que abajo. La ha logrado con dos goles de sus dos delanteros, el cafetero Bacca y el francés Gameiro, y con valentía, pues Emery acabó jugando con dos atacantes y reajustando el sistema hasta recuperar el control de un partido que por fases perdió de vista. 

Los dos delanteros del Sevilla son buenos, y en Granada han mostrado su pegada. Lo hicieron para dar los tres puntos al equipo nervionense en los momentos del partido que más controló. Hubo otras fases del choque en las que fue superado por su rival, y ahí encajó un tanto y pudo encajar alguno más, pero Beto esta vez estuvo bastante acertado. Esas fueron las principales individualidades sevillistas en Los Cármenes, la de Bacca, la de Gameiro, la de Beto y la de Reyes en el arranque. En lo colectivo el equipo empezó bien y acabó mejor, con un reajuste de piezas de por medio consumado por el técnico, Unai Emery. De jugar con dos extremos, pasó a jugar prácticamente con cuatro laterales en las bandas, con ello consiguió frenar unas ofensivas claras por parte del Granada ante la pasividad defensiva de Reyes y Jairo y recuperar la pelota. Luego, en un segundo reajuste, sacó a Gameiro, fue a por el partido y reconvirtió al equipo a un 4-4-2 con Rakitic en la medular. Y le funcionó. Tan criticado por sus sustituciones otras veces, en Granada el vasco acertó de pleno para ser trascedente en el partido.

El Sevilla salió al campo mandón, todo lo que permitía el lamentable estado del terreno de juego de Los Cármenes. Buscó la pelota y encontró a sus baluartes en la posesión, Rakitic, Bacca y sobre todo Reyes, que de nuevo comenzó fuerte el partido, brillando. Tanto que en un pase suyo Diogo tuvo la primera clara del partido. Se plantó bien en el terreno de juego, fue profundo sobre todo por la derecha y, de entrada, contuvo al equipo nazarí. Y llegaba con peligro. Con Rakitic casi siempre rodeado de numerosos rivales, Reyes abandonaba la derecha para ocupar esa zona central con más espacios, creando más despiste en la zaga local y dejando el carril claro para Diogo. De esa forma enlazó algunas acciones peligrosas en ataque hasta que Carlos Bacca se sacó de la chistera un magnífico gol utilizando el exterior y sacando petróleo de una deficiente colocación de Roberto.
Ese tanto cambió el planteamiento del partido, un poco porque el Granada empezó a acumular más jugadores en campo contrario en busca del empate y obligó al Sevilla a emparejarse con ellos y un poco porque el equipo nervionense se retrasó y buscó manejar el partido desde el contragolpe. A ello se añadió cierta relajación defensiva en las ayudas defensivas, sobre todo en los costados. Los laterales se vieron más solos y comenzaron a sufrir más. Reyes, brillante en ataque, ayudaba poco y Jairo, nulo en ataque, tampoco aportó nada en defensa. Llegó, pues, el Granada con mucho más peligro a las proximidades de Beto e incluso pudo marcar en un par de ocasiones. Primero por su propio fallo en un despeje y luego por una llegada de Brahimi, el más peligroso de los locales.
Con todo, y pese a que el Granada vio cómo el árbitro le anulaba muy justo un tanto por un fuera de juego, también pudo hacer el segundo el Sevilla en una buena acción entre Reyes y Diogo que acabó en las botas de Rakitic, que la ajustó tanto que se fue la pelota fuera cuando lo tenía todo a favor.
En la segunda mitad el Sevilla continuó sufriendo, tanto que en el arranque vio cómo Brahimi empataba el encuentro tras un penalti de Carriço realmente discutible. Ahí no llegó Beto, aunque sí llegó en otras ocasiones, sobre todo de Piti. El luso esta vez dio la de cal y fue decisivo en el encuentro. Ese acierto del meta, acompañado de los ajustes ya reseñados con los cambios, cambiaron de nuevo el partido tras el 1-1. Tanto que el equipo hispalense recuperó el mando del encuentro con la entrada de Coke y Alberto, y por ende con una mejor defensa de los costados, y luego fue a por él, con Gameiro ya en el campo y con Rakitic en la medular junto a M'Bia. Fue valiente ahí Emery y lo fue el Sevilla. El técnico tiró de sus dos buenos delanteros y Gameiro le respondió en una pelota precisamente peinada por Bacca. El tanto coronó esa mejora sevillista y el partido, que pudo tener incluso un resultado más amplio si en las últimas acciones Rakitic o el propio Bacca se hubieran mostrado más certeros.
El caso es que el Sevilla acumuló su tercera victoria consecutiva en la Liga tirando de alternativas, de cambios y de recursos. La victoria mantiene al equipo hispalense en la zona noble, cerca de Europa y refuerza el crecimiento de un equipo sevillista que parece que se asienta ya definitivamente en la competición y en la temporada.