Un héroe con dos padres
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La victoria del Sevilla esta noche contra la Fiorentina tiene un protagonista con letras mayúsculas: ALEIX VIDAL. Es el héroe, el coloso que aplastó al imperio italiano con sus zapatazos por la banda. Pero el héroe tiene dos padres y hay que darles todo el crédito esta noche. Uno se llama Monchi y el otro Unai Emery.
Ramón Rodríguez Verdejo fue quien se fijó en ese jugador combativo, incansable, inasequible al desaliento que se multiplicaba en el Almería con el deseo de gloria impregnado en cada bocanada de aire. Ese aire que parece robarle al resto en cada galopada. Su sueño era salvar al Almería y después, ya veremos. Sí, Aleix Vidal, sí, el del Almería. El héroe de toda una semifinal de la Liga Europa. Monchi lo vio. Probablemente, no lo fichó pensando en que sería el protagonista esta noche, pero sí lo fichó para que creciera junto al Sevilla. No sólo ha crecido. El club rojiblanco se ha encontrado con un volcán que hace erupción cada partido. Todo el crédito a Monchi. Firmar a jugadores del Chelsea, el United, el City, Real Madrid o Barcelona y que salgan bien está al alcance de muchos. Descubrir a un jugador junto al desierto de Tabernas y que sea decisivo para poner pie y medio en otra final europea, son palabras mayores.
El otro padre de la criatura se llama Unai Emery. Fue Emery y no otro quien tuvo fe ciega en Aleix desde el primer partido de la temporada. Fue Emery quien lo puso por delante de Deulofeu, que llegó con los galones de titular y siendo lo más parecido al niño bonito de la afición nervionense. Fue también Emery quien se lo inventó como lateral derecho, cuando muchos se llevaban las manos a la cabeza. Fue Emery quien insistió en él pese a sus primeros balbuceos en un puesto que era desconocido para él. Y fue Emery quien, contra todo pronóstico, decidió ponerlo en la ida de una semifinal europea para convertirse en el héroe. Si Joaquín era el peligro de la Fiorentina, pensó Emery, agarremos por el cuello las debilidades que ofrecerá en defensa. Vamos al intercambio de golpes y a ver quién gana. La apuesta le salió redonda.
Un héroe y dos padres. El Sevilla palpa su cuarta final de la Liga Europa de la mejor manera posible, reivindicando el modelo que tanto éxito le ha dado en los últimos años. Noche feliz en Nervión.