Sevilla FINAL Club
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El vapuleo al que ha sometido el Sevilla al conjunto viola, quinto de Italia, capaz de eliminar hasta ahora al Tottenham, a la Roma, ha sido un osito de peluche en manos del despiadado equipo nervionense. Tiene argumentos, tiene calidad el equipo italiano, tiene buenos jugadores, pero no tiene, por ejemplo, a Unai Emery, y eso que Montella no es manco. Pero el nivel de maestría que ha ido adquiriendo el de Hondarribia, que ha desplegado todo su librillo en esta semifinal ante un complejo rival, pocos podían imaginarlo. Alguno sí confiaba, pero no muchos. Emery ha planteado la ida y la vuelta de forma que el Sevilla ha aplastado a su rival y ha hecho de la Fiore un equipo realmente menor.
El Sevilla ha pasado la semifinal a lo grande, a lo campeón, haciéndolo fácil, apenas dándole una mínima inquietud a los sevillistas que se desplazaron a la bella Florencia, como se desplazaron a Rotterdam, San Petersburgo, Moenchengladbach. La solventó Sergio Rico, por cierto, que ha completado una eliminatoria sobresaliente. De matrícula el equipo al completo. No se conformó con pasar el Sevilla, quiso además darle la oportunidad a su gente de disfrutar de lo lindo en el Artemio Franchi, de cantar y entonar hasta quedar ronco el himno del centenario, ese cuya versión va a ser capaz de actualizar a ritmo de éxitos.
El mensaje del Sevilla desde el primer minuto fue contundente. No marcó a las primeras de cambio, como en otras ocasiones en esta competición, pero sí trasladó una sensación a su rival, la Fiorentina. Podría sufrir, podría tirar de esfuerzo, de ssacrificio, pero no iba a renunciar al ataque, ni a hacer daño. Esos primeros segundos, con una primera oportunidad, dio paso en todo caso al guion más establecido, al dominio, la presión y las oportunidades. Fueron minutos de lógico agobio, de una espectacular parada de Sergio Rico, de maniobras constantes de Borja Valero, Joaquín y Salah... y del final de la Fiorentina. No había logrado salir en esos 10 o 15 minutos el Sevilla, Banega perdió un par de balones y no cruzaba del centro del campo. Pero cruzó, cruzó el centro del campo y cruzó el Rubicón del miedo que llevaba hasta Varsovia. Fue primero una jugada de Aleix Vidal, 'il otro Vidal', como bautizó la Gazzetta, auténtico protagonista de la eliminatoria, la que provocó una falta mal defendida que acabó en la rápida acción del más listo de la clase, Carlos Bacca, que hizo sangre de los fallos de Joaquín primero y Savic después.
Apenas cinco más tarde, de nuevo desde el lateral, tras una falta magistralmente sacada por Banega, continuada por Coke y rematada por Carriço tras el error de Basanta, el Sevilla remató la eliminatoria para enorme disfrute, gozo y alegría de los cerca de mil aficionados del Sevilla que se dieron cita en el Artemio Franchi.
El partido acabó en el minuto 30 de la primera mitad, pero dio tiempo para que Sergio Rico siguiera creciendo, para Emery resguardara a Banega, con amarilla, para que diera su sitio en la segunda mitad a Reyes y Gameiro, importantes artífices de esta trayectoria impecable en Europa, para que la Fiore fallara un penalti... Y sobre todo tiempo para que los sevillistas empezaran a verse en Varsovia, empezaran a ver cómo llegar, qué conexión buscar y cómo plantear una nueva final, otra final. Una costumbre feliz, sana y sevillista, porque pocos aficionados serán tan expertos en viajes europeos y en finales. Por algo son aficionados del Sevilla Final Club.
ALUCINANTE, ESTE CLUB ES ALUCINANTE Y SOLO PUEDO DECIR ESO, CHAPO A LO QUE ESTA HACIENDO UN CLUB SEVILLANO QUE SE HA HECHO GRANDE POR SU PALMARÉS.
da verhuenza escuchar la radio del desmarque,hay unos chillidos que ni te enteras cuando hablan,es horroroso