El día que Nervión dejó de regalar puntos
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El Sevilla remodeló el Ramón Sánchez-Pizjuán el pasado verano, cambiando la apariencia del graderío y de parte de sus instalaciones interiores para darle un lavado de cara. La ilusión rebosaba en la directiva y en la afición con el nuevo aspecto de su estadio, no obstante, su estreno oficial no pudo ser más negro. El Atlético de Madrid goleaba 0-3 a un plantel que en poco se asemejaba al que arrasó en casa en la 14-15. Unos días después, el Celta de Vigo repetía la machada, birlando tres nuevos puntos del feudo blanquirrojo. Aquel cartel de 'Nervión no regala puntos' que presidía la valla inferior de preferencia fue retirado para recibir al Rayo Vallecano. Y desde entonces, en liga, no regaló ninguno más.
El choque ante los madrileños marcó un antes y un después para el Sevilla esta campaña. El conjunto hispalense había confeccionado un plantel de ensueño, y el inicio de curso se asemejaba sin embargo más a una pesadilla. Dos derrotas en dos encuentros en casa, a lo que había que sumar dos empates y una derrota a domicilio. El fichaje de campanillas del verano, Yevhen Konoplyanka, ni siquiera era titular ante la sorpresa de la hinchada. Contra el Rayo, todo cambió. Los sevillistas ganaron en casa, y desde entonces, no han disminuido el ritmo. Once consecutivas en el Ramón Sánchez-Pizjuán, una racha sin parangón en Europa. Los de Paco Jémez visitaban Nervión con la idea de repetir la actuación de sus dos predecesores, sin embargo, se toparon con un Sevilla herido en su orgullo que no estaba dispuesto a darle otra desilusión a su grada.
Los de Emery comenzaban 2-0 arriba en la primera mitad, con goles de Gameiro y N'Zonzi. La dupla gala, a un nivel irregular al inicio del curso, empezaba a asomar la cabeza ante las críticas (sobre todo a N'Zonzi, pese a su tanto ante el Levante). Se las prometía felices el Sevilla, pero los rayistas conseguirían igualar la contienda con tantos de Javi Guerra y de Bebé. Nuevamente se desenterraban fantasmas pasados recordando los partidos ante el Atlético y el Celta, aunque nada más lejos de la realidad. El técnico vasco daba entrada al terreno de juego en el minuto 62 a Konoplyanka, y este levantaría a la hinchada blanquirroja por primera vez en la temporada. En el 85', cuando todo parecía abocado al empate, recibió una falta en la frontal. Él se la guisó y él se la comió. Armó la diestra y la colocó en el palo diestro del arco defendido por Toño, haciendo insuficiente la estirada del meta. Este gol cambiaría una dinámica muy negativa en el Pizjuán para los de Nervión, que desde entonces sólo conocen la derrota en la capital hispalense una única vez, en Champions, ante el Manchester City. Todo lo demás, triunfos, incluyendo a rivales como FC Barcelona, Madrid, Juventus, Valencia, Athletic de Bilbao o Celta. Para más inri, supuso la primera victoria en liga de la campaña.
Este domingo se miden por segunda vez al Rayo. Con menos apoyo en la grada (que también, porque viajarán sevillistas), pero con la motivación de lograr otra racha pareja, solo que este vez a domicilio. Igual que ocurría en la primera vuelta, los de Emery no han conseguido ganar fuera. Una ronda completa sin hacerlo. Los de Jémez podrían ser los primeros en sufrir a un plantel que comienza a alcanzar velocidad de crucero. Quién sabe si venciendo a los madrileños se repite una concatenación de resultados similar a los de casa...