El Sevilla más vulnerable del Siglo XXI

El Sevilla encara una de las semanas más decisivas del presente curso, en la que se jugará buena parte de sus aspiraciones de cara al próximo curso. Más allá de la cita continental frente al Bayern, los de Vincenzo Montella tendrán en juego media vida frente al Villarreal el próximo sábado. Un torneo liguero en el que ve peligrar la clasificación para Europa más de un lustro después, merced a unos números que lo condenan como el peor del Siglo XXI.

La derrota ante el Celta supuso la sexta vez que el equipo encaja cuatro o más goles en la competición de la regularidad que, sumándolo junto a la manita encajada frente al Spartak de Moscú, dejan en entredicho las prestaciones de un plantel condenado a menudo por sus errores atrás. Un bagaje que lo postula entre los peores cinco equipos de la categoría defensivamente y que no se registra desde el Siglo pasado, pues los 50 goles encajados actualmente solo son superados por los de hace 21 años cuando la entidad tuvo hasta tres entrenadores; Camacho, Bilardo y Julián Rubio.
Un total de 1,6 goles por partido que han condenado a perder el golaveraje con los rivales más próximos, como Celta de Vigo o Éibar, a expensas de lo que ocurra con el Villarreal y el Real Betis en sus enfrentamientos próximos.
Pero la vulnerabilidad del Sevilla no se resume únicamente con el bagaje defensivo. Más allá de su insolvencia atrás, el conjunto rojiblanco firma los peores números ofensivos del último lustro y cabe remontarse seis temporadas atrás para ver registros similares. En la temporada 2011/12, en un equipo dirigido por Marcelino y Míchel, cuando acumulaban 37 goles que señalaban una planificación que tenía como máximas referencias a Negredo, Del Moral y Babá Diawara. Curiosamente una temporada en la que el equipo acabó quedándose fuera de Europa, una posición que peligra actualmente, donde ha sumado 39 goles a favor que lo sitúan como el quinto peor registro de todo el presente Siglo.
Unos números que hacen reposar las opciones para salvar la temporada en esa final copera dentro de dos semanas, que se presenta como una opción real para consumar la clasificación a Europa y volver a saborear la plata de un título, pudiendo salvar a partido único lo que no han logrado en el torneo de la regularidad.