Chicharritos por Europa

El Sevilla está cómodo casi siempre en la Europa League, estuvo cómodo en Bakú ante el Qarabag y tras la primera jornada también se siente acomodado en su grupo, en el que ya toma el liderato tras el primer partido. Lo hace porque ganó, porque ganó bien. Con tres golazos, cada uno en su estilo. El primero de Chicharito en una falta de una ejecución perfecta. El segundo de Munir con una vaselina a pase maravilloso de Banega. Y el tercero en media chilena de Óliver para culminar una jugada coral preciosa (los tres podrás verlos en ElDesmarque). Pero ganó bien además por cómo se tomó el partido el equipo de Lopetegui. Centrado, intenso, concentrado, ni un despiste por la presunta debilidad del rival, ni un despiste por el partido del domingo ante el Real Madrid. Más bien lo contrario.

Y para colmo de bienes en este primer viaje europeo, el más largo (cuarta victoria a domicilio de la temporada), el Sevilla también encontró la buena actuación de Pozo, muy bien en la derecha; de Óliver, con un partido muy completo; de Koundé, solvente y seguro con la pelota salvo un pequeño fallo en una entrega; de Gudelj, serio y táctico; y hasta es buena noticia el debut de Dabbur, quizás con pocos minutos. Y en general una buena actuación de todo el equipo, que se lo tomó con seriedad y solvencia. Fue un gran debut europeo de esta temporada y un partido muy completo en líneas generales.

Lo que ha dejado claro este Sevilla desde prácticamente el primer día, desde los albores de la pretemporada, es que más allá de que la tarde o la noche se dé bien, mal o regular sale de vestuarios con una idea, una idea clara que plasmar sobre el campo. Y lo ha demostrado en el Sánchez Pizjuán y fuera de casa. Sobre todo fuera de casa de hecho, donde este Sevilla es un ogro en España y en Europa.

Pero hablábamos de una idea. Una idea propia, independiente del cómo y el dónde. Una idea de presión alta, de concentración, de intensidad, de posesión con la pelota. Una idea que plasmar independientemente de los jugadores. Porque de hecho el Sevilla, ante el Qarabag, no se fijó en la presumible endeblez del rival. Jugó como suele y dominó como suele, y echó en falta algo de remate, también como suele.

Fue por tanto una buena salida al partido del Sevilla y una buena primera parte, en la que brilló Pozo, incisivo, potente, activo, dinámico, en la que Óliver Torres asumió galones en la medular, en la que Munir fue de menos a más y en la que Koundé demostró que tiene pinta de titular a medio plazo. Chicharito estuvo activo, aunque sin suerte, el Mudo hizo de Mudo y quizás estuvo por debajo del resto Escudero, pues apenas percutió por su banda cuando en la derecha Pozo era un yunque constante.

Con todo, no tuvo demasiado remate, salvo un par de Munir, y el Qarabag sí se estrelló con el palo en una falta. Pero era mejor el Sevilla. Eso se sabía. Y lo demostraba, que siempre viene bien ejecutarlo sobre el campo.

Arranca el festival

Por eso, cuando ya iniciada la segunda parte, encontró el gol el Sevilla parecía que el trabajo se completaba. Fue además un auténtico golazo, de Chicharito de falta. Ejecución perfecta y premio para las ganas del mexicano, que las buscó y las peló hasta que fue sustituido luego por Banega.

Con el 0-1, eso sí, el Sevilla bajó algo el pistón y sobre todo el Qarabag se fue por primera vez arriba. Se ponía en acción un segundo encuentro en el que el equipo de Lopetegui tenía que empezar a saber jugar con los espacios ante un rival que buscaba el empate.

Y con espacios tuvo dos acciones a la contra. Una acabó en una tarjeta tras una buena galopada de Rony Lopes. Otra acabó en otro golazo de Munir tras un pase excepcional de Banega. El 0-2 mataba el partido por el resultado y porque el Sevilla estaba tan serio, tan rotundo, tan contundente que era imposible que el Qarabag pudiera encontrarle una fisura.

Aún quedó tiempo incluso para que el Sevilla se luciera con una preciosa jugada iniciada por el mago Banega, continuada de forma coral y rematada en media chilena por Óliver Torres, que hizo otro golazo para rematar el encuentro. Dio tiempo incluso hasta que debutara Dabbur, que salió en el 85 por Torres.

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