El mundo del fútbol es una gran torre de Babel, especialmente en una de las grandes competiciones mundiales como LaLiga Santander, pero a veces se dan circunstancias que recuerdan al fútbol más de barrio, al más auténtico y natural, como la que sucedió tras el partido que el FC Barcelona y el Sevilla FC entre Éver Banega y Leo Messi.
Los dos argentinos se enfrentaron este domingo en el Camp Nou ante más de 80.000 espectadores. El sevillista hizo una buena primera parte pero acabó diluyéndose como todo su equipo con los tres zarpazos culés, mientras que el barcelonista mostró que aún sin estar al 100% es muy peligroso, haciendo el cuarto tanto con un disparo de falta.
La relevancia del partido era alta, pero dio todo igual cuando el balón dejó de rodar y los equipos se marcharon a vestuarios. Allí, Banega y Messi eran dos chicos de Rosario, de la cantera de Newell’s Old Boys que coincidían haciendo lo que más les gusta a más de 10.000 kilómetros de su ciudad natal.
Una charla que les recordó a otras épocas a dos hombres que son amigos, que coincidieron en el predio de Bella Vista –ahora rebautizado con el nombre de Jorge B. Griffa- hace ya varias décadas. Banega fue compañero de Messi en las inferiores Newell’s Old Boys. “Yo soy un año menor pero jugaba contra la categoría de Leo porque mi viejo era el técnico. Lo enfrenté muchas veces, le quedaba la ropa grande pero amontonaba jugadores rivales y ya se le veía esa pizca de que era mejor que los demás. Antes, ahora y toda la vida es mejor que yo”, recordó el pasado mes de marzo en una entrevista concedida a Club 947 FM Radio.
Ahora, los dos chicos rosarinos han protagonizado una foto que ha dado la vuelta al mundo. Ninguno de los dos se marcha concentrado con la Albiceleste en este parón de octubre, pero seguro que se volverán a ver las caras allí.