Óliver, 'Benji'... sueños de Champions

Un sueño de campeones, jugar entre ellos en la Champions League, es el que tiene el Sevilla. Y lo tiene cada vez más cerca, pues la victoria ante el Leganés este martes de nuevo le da aire, un colchón de seguridad de más de una jornada con respecto a sus perseguidores y le hace reencontrarse con la victoria, que no lograba desde el triunfo ante el Betis. Venció el Sevilla con una buena primera parte, en la que tuvo que aparecer Óliver, como en aquella de serie de dibujos Campeones, para resolver el encuentro cuando parecía que nadie podía materializar en gol la superioridad nervionense. Óliver Torres, que no Aton, con un doblete certero, certificó el triunfo que luego remató Munir en la segunda mitad, ya en el campo, con un excelente, otro, gol.

No sería justo obviar al particular 'Benji' del Sevilla en este partido, Vaclik, que hizo una parada salvadora con el 0-1 y que luego realizó otra con el 0-3

El Sevilla se debatió en los primeros minutos entre la superioridad y la frustración. La superioridad total que demostró ante el Leganés técnica, táctica y físicamente y la frustración por no materializarla en goles errando ocasiones escandalosamente claras. En-Nesyri fue el triste protagonista de estas historias, la primera nada más comenzar el partido, cuando Ocampos lo dejó solo y él mismo se cerró hasta mandar la pelota a nadie. Luego, otra vez más solo que la una, cuando envió fuera un remate picado de Jesús Navas. El marroquí se cegó, porque luego volvería a tener otra de esas que en teorías están hechas para él, balón al espacio, carrera y definición. Pues nada, no era la noche del ex del Leganés y veremos si empieza a recuperar estos partidos en los que su cotización y prestaciones bajan.

De todas formas más allá de En-Nesyri el partido lo tenía bien encarrilado el Sevilla, que castigó al Leganés con balones a la espalda de los centrales y los laterales. Lopetegui leyó bien de inicio el encuentro, subió muy alto a los dos laterales para sorprender en velocidad, y Ocampos y sobre todo Suso se metían mucho por dentro para combinar en corto para luego buscar en largo. El Lega mete la defensa bastante arriba y el Sevilla quiso buscarle los espacios con insistencia. Y lo logró, de ahí las ocasiones antes citadas.

Luego Jordán y Gudelj se las apañaban sin grandes problemas en la generación y en el corte y Óliver apareció de forma determinante para desequilibrar el partido. Primero con una volea que sorteó un bosque frondoso de piernas, incluidas las de Cuéllar, para colarse. Y luego acompañando al icono Navas, que asistió entre piernas locales al madrileño. Se encargó entre gol y gol en servir otro a Suso, que no acertó en el remate.

Y por redondear, Koundé y Diego Carlos volvieron a estar solventes como siempre. Hasta Vaclik fue trascendente salvando un cabezado justo antes del 0-2. Del 1-1 pasó el Sevilla al 0-2, que bien pudieron y debieron ser más para intentar dejar el partido solventado antes del descanso.

De la segunda parte permitirán que escriba y relate bastante menos. Pero porque realmente el papel del Sevilla fue intrascendente ofensivamente hasta el tramo final, en el que Munir, que salió desde el banquillo, regaló otro gol, otro golazo. Prácticamente renunció al ataque en esa segunda mitad para centrarse en defender bien y defender seguro. Con Koundé y Diego Carlos la defensa y la retaguardia estaba asegurada. El resto del campo bajó bastantes enteros, eso sí. El cansancio, el desarrollo del partido, la suficiencia con la que se veía en el campo provocaron que el Sevilla hasta se dejara ir en algún momento. Aunque no daba para tanto el Leganés, salvo un muy buen Bryan Gil (cedido sevillista), por cierto, ni siquiera para inquietar a Vaclik.

Todo fue agotar los minutos hasta que un balón suelto rebotado le cayó a Munir en el área y con un quiebro digno de caballo de rejoneo dejó clavado a su defensa y la clavó al palo con la derecha.

Se desquitó el Sevilla por fin, completó un partido que necesitaba y logró su segunda victoria desde la reanudación, que de nuevo dan aire, colchón y seguridad a un equipo que enfila la recta final del campeonato con la Champions al alcance de la mano. Un sueño que cada vez se torna más real. Lo tiene en su mano para hacerlo material en las próximas jornadas.

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