Resucita muertos

Cuando se juega con fuego, uno se acaba quemando. El Sevilla volvió a perpetrar un partido en el que mostró muy poco de la calidad que atesora y en el que, de nuevo, Lopetegui no estuvo acertado con los cambios. Todo muy sobrevenido, muy acelerado, y dio la sensación de que el equipo quería remontar pero no sabía cómo. El equipo iba como podía. Con muchos cambios de posición entre los jugadores, pero nada salía. Tuvo ocasiones, sí. Pero muy forzado, con mucho nerviosismo y con muchos aspavientos. De hecho, los futbolistas estaban tan desconcertados que Óscar y Acuña discutieron claramente sobre el terreno de juego. "Cállate la p... boca", le dijo el centrocampista al argentino.

Sin duda alguna, la nefasta primera parte lastró al Sevilla. Lleva ya unas cuantas entre Champions y Liga. Elche, Getafe, Red Bull Salzburgo y Wolfsburgo son varios ejemplos. Parece ser que está costando aprender la lección. En la segunda parte con cero a uno, Lopetegui lo intentó todo con los cambios. Obviamente el equipo generó porque tiene y porque el Granada metió el autobús en su portería. Sin embargo, las sensaciones fueron malas. Muchos aspavientos entre los jugadores y el entrenador transmitía (para el que escribe), mucho nerviosismo desde el banquillo. Eso no ayuda. Así fueron pasando los minutos. Mucho balón colgado, cierto asedio, pero el Sevilla no era el Sevilla.

17 llegadas del Sevilla en todo el partido. Pero eso da igual. El entrenador tiene que ver que dejar pasar los minutos ante rivales menores y esperar que la calidad, el juego, o la individualidad de la plantilla resuelvan no es un plan.

Mal Suso, mal Navas, mal Rakitic, mal Papu, mal Jordán, mal Rafa Mir, hoy mal Lamela. Tantos jugadores mal y nadie a un gran nivel, eso hay que revisarlo. Todos tienen que dar más, el primero el entrenador. Hay calidad para todo y el técnico es extraordinario. Pero le élite pide resultados y este Sevilla es élite.

El fútbol demuestra que esto puede ocurrir. Vean al Atlético de Madrid en Vitoria, el Real Madrid este domingo en Barcelona, el Barcelona actual con el equipo que sea y, por qué no, vean hoy al Sevilla. Ahora toca aprender. Para el siguiente examen no se puede ir tan apurado. Hay que resolver esa pasividad de las primeras partes.