El Sevilla vuelve a hablar idioma Champions

Solo valía ganar y el Sevilla ganó. Solo valía dar la mejor versión y el Sevilla ofreció la más compacta de la temporada en Europa. El Sevilla se tenía que agarrar a la Champions y venció al Wolfsburgo con autoridad y solvencia, a pesar de que la sentencia llegara tarde. El conjunto de Lopetegui hizo lo que mejor sabe ante el conjunto alemán, competir, y ganar, merecidamente.

Tiene ahora que ir a Austria, o a donde la UEFA diga, a ganar al Salzburgo. Solo vale ganar ante el que a día de hoy es el líder del grupo. Un grupo que llega a la última jornada con los cuatro equipos con opciones de clasificarse para los octavos de final. Una última jornada continental de infarto en la que solo valdrá un resultado para el equipo hispalense.

Pero debe servir la victoria ante el Wolfsburgo con minuto cero del partido ante el Salzburgo. El Sevilla se ha reencontrado a sí mismo en la Champions. El planteamiento y la concentración, la intensidad pero no la precipitación, la calma (qué bueno es Rakitic cuando es bueno) cuando toca y la aceleración cuando debe. Ese es el mejor Sevilla, el que se puso por delante con una comba magnífica el croata para que marcara Jordán y el que gestionó defensivamente el partido a la perfección.

Es tan importante que el Sevilla encontrara los dos goles, la victoria, como que diera un alto nivel defensivo. Porque salvo un remate al larguero tras parada de Bono en la primera mitad, el conjunto hispalense no volvió a sufrir en los 90 minutos. Y estuvieron bien los defensas, claro, pero también las primeras líneas de vanguardia en el sacrificio. Destacaron en ello Ocampos, que completó otro gran partido, y el Papu, que sudó en defensa como pocas veces se le ha visto. Munir estuvo igual de solidario pero bastante flojo con la pelota y como referencia, pues casi ni remató.

Esa solidaridad y ese sacrificio conjunto además fue un pegamento para que el centro del campo, desde la agresividad de Fernando, la llegada de Jordán y la brújula de Rakitic, jugara, funcionara a alto nivel. Se encontró con ello el Sevilla una muy buena versión, competitiva, que anuló a un equipo físico y rápido como el alemán, que no encontró espacios ni a la contra con el 0-0 ni luego cuando intentó irse arriba, aunque con menos argumentos.

El Sevilla llega a la última jornada jugándose la clasificación, algo que podría haber evitado en algún que otro partido. Pero la realidad es esta. Ante el Wolfsburgo se jugaba seguir vivo y agarrarse a la Champions y lo hizo, se ha ganado el derecho a depender de sí mismo y jugársela ante el Salzburgo.