El Sevilla lo fichó del Bayern de Múnich, salió cedido y vuelve este verano a Nervión

La dirección deportiva que encabeza Monchi tiene mucho trabajo por delante este verano. Además de reforzar y subir el nivel de la plantilla, tiene que resolver la complejidad de encontrar equipo a alguno de los descartes. Otro de los dilemas reside en los muchos cedidos que deben regresar a la disciplina sevillista este verano. O al menos sobre el papel. A falta de dos semanas para el inicio de la pretemporada, el Sevilla FC sigue trabajando en agilizar la rampa de salida, liberar masa salarial y encontrarle acomodo a algunos de los descartes de Julen Lopetegui. Ya lo hizo con Alejandro Pozo y se espera que con Berrocal se haga lo propio más pronto que tarde. Mientras tanto, esperan los Rony Lopes, Idrissi, Luuk de Jong, Óscar Rodríguez... y Ryan Johansson.

De Múnich a Sevilla

El atacante luxemburgués Ryan Johansson llegó en enero procedente del Bayern de Múnich. Tras dar sus primeros pasos en la cantera del Racing FC Unión de Luxemburgo, el mediocampista pasó por la academia del Metz francés y en el verano de 2017 fue reclutado por el Bayern Múnich, en el que, tras jugar con los sub-17, dio el salto al equipo sub-19, además de efectuar parte de dos pretemporadas con la primera plantilla del club alemán.

Johansson, que posee además pasaportes irlandés y sueco por el origen de su madre y el de su padre, respectivamente, ha defendido a las tres selecciones en las diferentes categorías inferiores, aunque en último término, y con solo 17 años, jugó con Luxemburgo sub-21 la clasificación para el último Europeo, recuerda el Sevilla en un comunicado.

Ryan Johansson vuelve como se fue

Después de cumplir los 20 años, y tras alternar entrenando entre filial y primer equipo, Ryan Johansson decidió dar un paso adelante en su carrera y buscar fuera los minutos de los que no podía disponer en la élite española. Sin haber llegado a debutar con el primer equipo del Sevilla FC, el jugador se marchó en verano al Fortuna Sittard de la primera división de Holanda.

Allí, lejos de ganar la confianza perdida, ha terminado relegado al ostracismo. Llegó con el curso empezado y le costó adaptarse al equipo. Luego, las lesiones y la falta de regularidad hicieron el resto. Apenas ha disputado 386 minutos, con solo cuatro participaciones en la Eredivise. De hecho no juega un minuto desde el pasado mes de marzo. Un hándicap para un futbolista al que se le presuponen unas cualidades tremendas, con una proyección ilusionante, pero que, de momento, no termina de cuajar. Tiene contrato hasta 2026 con el Sevilla.