Dmitrovic, bomba de oxígeno para el Sevilla
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Partido dramático en el Sánchez Pizjuán. Los de Sampaoli, con multitud de ausencias, afrontaban un partido crucial. El Almería anota en el primer minuto y, para colmo de los sevillistas, Bono, su portero titular se lesiona pasado el minuto 30. El partido no se le puede poner peor a los blanquirrojos, pero Dmitrovic, una vez más estando a la altura de las circunstancias, demuestra que a pesar de ser suplente, tiene nivel para sacar a su equipo adelante cuando más lo necesita.
En Nervión, por más que se quiera, es complicado jugar con tranquilidad. Se jugaban mucho dos conjuntos que pelean por salir del descenso, y eso se vio en cada jugada, donde parecía que a ambos les iba la vida en cada una de ellas.
Los de Almería, con la mancha de ser el peor visitante de LaLiga Santander y los locales con la moral por las nubes tras el resultado obtenido en Europa League: lucha entre dos equipos que necesitaban una bomba de oxigeno para escapar de la zona roja de la tabla.
La historia, como señalábamos, no iba bien para los intereses del club presidido por Pepe Castro: por detrás en el marcador desde casi el primer minuto y penúltimos clasificados (de forma momentánea). Todo mal y como bien se sabe, cuando algo va mal, siempre puede ir peor. El Sevilla y su afición se quedaron sin aire en el minuto 36, tras un choque de cabeza de Bono con Alex Telles en una salida de puños. El meta tuvo que salir en camilla y con collarín del encuentro y el Sánchez Pizjuán, lógico, se quedó mudo.
Apareció entonces Dmitrovic, como siempre, con gesto serio, con cara de pocos amigos... pero como si de una brisa de aire fresco se tratase para su equipo.
Dmitrovic, clave para el Sevilla
El tanto del empate de Ocampos, al filo del descanso, puso todo donde empezó y ahí el Almería volvió a crecer. Presión en la salida de balón, complejos inexistentes y un buen número de errores que ayudaban a su moral. Ahí creció Dmitrovic.
El serbio, que ya había sido titular en Europa League contra el Fenerbaçe, demostró que, pese a ser portero suplente, tiene nivel de titular. Con dos paradas magistrales y decisivas en el partido salvaba a su equipo de una derrota que podría haber sido catastrófica. Ambas ocasiones fueron fruto del delantero colombiano Luis Suarez: la primera, tras un mano a mano y la segunda, tras un remate de cabeza donde el delantero entró en el área como Pedro por su casa.
El encuentro acabaría con la victoria de Sevilla por 2-1, en parte -evidente- por el acierto de Lamela en el área rival, pero también por un guardameta que se convirtió en el mejor del partido.
Tres puntos que saben a gloria, espacio (mínimo) respecto al descenso y aire para un Sampaoli que empieza a mirar al Fenerbahce, su próximo rival.
Oxígeno!!!
Falta de ortografía en el titular de la noticia, lo que me quedaba ya por ver...