Elemental, querido José Luis

No había que ser Sherlock Holmes ni había que tener al lado a John Watson. El Sevilla tenía y tiene bastantes problemas, pero para ir saliendo de ellos lo principal es no buscar otros nuevos. Es decir, simplificar las cosas, reducirlas a la naturalidad, a la coherencia. Eso ha hecho José Luis Mendilibar, el técnico vasco que se ha estrenado con victoria ante el Cádiz este Sábado de Pasión con el equipo nervionense.

Hemos podido contar que el Sevilla ha vuelto a ganar fuera de casa, algo que no hacía desde octubre, en Mallorca. Además ha ganado en el antiguo Carranza, escenario donde no ganaba nadie desde septiembre, el Barcelona. No es una hombrada ganar en Cádiz, no es épico, sencillamente debe ser para el Sevilla posible y probable. Y este sábado, con un sistema más lógico, con un juego más simple y adecuado en estos momentos que lo que intentaba Sampaoli, el Sevilla ha aumentado sus posibilidades de victoria y ha reducido las de caer.

¿Por qué? Pues la teoría es fácil. El conjunto nervionense está en una situación clasificatoria delicada. No es momento de asentar grandes ideas o ideales, es momento de sacar puntos. Con téoricamente mejores jugadores, arriesgando donde no debes arriesgar y matando donde en teoría vas a matar más que el rival, las opciones de sumar tres puntos aumentan. No había que ser físico cuántico para poner a los laterales de laterales, a los mediocentros de mediocentros ni, cuidado, a los extremos de extremos. Será casualidad que cuando un extremo y un delantero juegan más cerca surjan cosas como goles y situaciones así.

No le valdrá al Sevilla siempre esta fórmula ni la de Mendilibar es tan básica, puede ir ganando en sofisticación. Pero en Cádiz es la que tocaba, y la capacidad para entender qué es lo que toca es lo que ha aportado el nuevo entrenador del Sevilla. Elemental, querido José Luis.