La enésima prueba para Nianzou
-
Un desafío de altura para Nianzou
-
Las bromas de Ocampos con el look de Nianzou: "¡Mirad lo que es esto!"
-
Badé se hace fuerte; Nianzou, desaparecido
Otra (una más) prueba para Nianzou. El defensa central del Sevilla, que llegó el pasado verano llamado a ser el sustituto de Jules Koundé, continúa sin encontrar regularidad en el club y la llegada de Mendilibar, además de la semi recuperación de Marcao y Rekik, le colocan en una delicada situación para el tramo final de temporada.
La temporada no ha sido sencilla. El precio pagado por él y la marcha de Koundé le exigía estar al nivel (casi) desde el primer día, pero la realidad es que Nianzou aún no ha llegado a estabilizarse en el Sevilla. Ni en números, ni en actuaciones.
Julen Lopetegui (y casi no tenía más remedio) fue el único que le aportó regularidad. En un complejo inicio de temporada, el francés se asentó en el once, pero la realidad es que no lo hacía tanto por su rendimiento sino por las necesidades del club.
La llegada de Sampaoli significaba respiro -más tras sus errores, como el cometido ante el Villarreal-, pero su expulsión ante la Real Sociedad y su grave pérdida ante el Girona le volvían a retirar del once.
Mientras él caía, Loic Badé seguía creciendo en confianza, halagos y minutos, algo que se ha confirmado (si todavía hacía falta) con la primera alineación de Mendilibar: el cedido, titular, junto a Gudelj. Nianzou, al banquillo.
Mendilibar confió en Gudelj, centrocampista de origen, antes que en un Nianzou que ahora sabe que el desafío es mayor: Marcao y Rekik ya trabajan sobre el césped y aunque ante el Celta parece pronto, todo apunta a Mestalla como escenario idóneo para que ambos vuelvan a la lista.
Nueva, la enésima, prueba para un Nianzou que, probablemente, no recordará con demasiado cariño su primera temporada en el Sánchez-Pizjuán.