Cuando hinchas del Athletic confundieron Budapest con Bucarest: el error de la final de 2012 que deben evitar los sevillistas
Los aficionados del Sevilla están tachando los días en el calendario con las maletas hechas para ir a la final de la Europa League en Budapest. Repito, en Budapest, no Bucarest, sede de la final de 2012 entre el Athletic Club de Bilbao y el Atlético de Madrid. La similitud fonética entre ambas ciudades europeas supuso un error fatal para unos 400 aficionados athleticzales. Los aficionados bilbaínos tuvieron que apañárselas para ver la final desde Hungría y no en Rumanía.
La final del Sevilla en Budapest, no Bucarest
La final de la Europa League de 2012 se disputó en el Arena Nationala de Bucarest entre el Athletic de Bilbao y el Atlético de Madrid. Una final que pasó a la historia de los colchoneros por el partidazo de Radamel Falcao. Los de Bielsa fueron subcampeónes de un torneo también histórico para los vascos. Tras haber eliminado de manera épica al Manchester United de Ferguson, al Schalke 04 de Raúl, y al Sporting de Lisboa de Diego Capel, a la final había que asistir. Sin embargo, por la similitud fonética entre Bucarest y Budapest, supuso un error fatal para los alrededor de 400 aficionados (según cifró Antena3) de Bilbao. Éstos se encontraron a 640 kilómetros del estadio. Entre una ciudad y otra separan 14 horas de viaje en tren, por lo que a muchos se les hizo imposible asistir a una final que a la postre perderían.
Un error que no deben cometer ahora los aficionados del Sevilla, ya que cada gota de ánimo es fundamental para los hispalenses en Budapest, que no Bucarest. Y muchos quieren asistir, tal y como informa el conjunto blanco y rojo. “Un total de 19.728 socios del Sevilla FC, entre abonados, socios rojos y socios blancos, han solicitado entrada para la final de la Europa League en Budapest el próximo 31 de mayo”.
QUE TARUGOS, NO?
Hay que ser analfabeto para creer que Bucarest y Badupest son lo mismo. Y encima, después de haber disfrutado de enseñanza primaria y secundaria obligatoria y gratuita, pagada por todos nosotros.