La apuesta por Ocampos y un problema mayor en el centro del campo
-
Quique Sánchez Flores acertó con el cambio a En-Nesyri: el Laboratorio analiza el Celta – Sevilla tras la sustitución
-
Quique sigue probando en el centro del campo
-
La posición del argentino, novedosa
El Sevilla perdió este domingo un partido crucial ante el Celta (1-2) en el Ramón Sánchez-Pizjuán, en la cita correspondiente a la jornada 29 de LALIGA EASports. Una derrota dolorosa en la que el conjunto sevillista se dejó remontar en el tramo final de encuentro la ventaja inicial otorgada por el gol de En-Nesyri, dando alas a un rival directo e impidiendo al equipo de Quique Sánchez Flores salir de una zona peligrosa en la clasificación.
Más allá del conflicto entre el entrenador y En-Nesyri, originado tras la sustitución del delantero marroquí en el minuto 61, cuando el Sevilla todavía ganaba por 1-0, el desarrollo del partido puso de relieve otro problema, este en términos futbolísticos, que viene marcando al cuadro nervionense durante la temporada: la falta de consistencia e incapacidad para hacerse con el dominio de los partidos. Un situación agravada ante un Celta que llegaba a la capital hispalense arrastrando una importante falta de fútbol, algo que quería cambiar con la designación de Claudio Giráldez como nuevo entrenador.
Nueva ubicación de Ocampos, en detrimento de Sow
Una de las decisiones que sorprendía en la alineación del Sevilla antes del partido era la apuesta de Quique Sánchez Flores por Lucas Ocampos como el tercer jugador en un centro del campo que incluía a los habituales para el técnico madrileño en los últimos partidos: Soumaré y Óliver Torres. El sacrificado era un Djibril Sow que, hasta la fecha, había sido un fijo en los planes del entrenador desde el resurgir del equipo en Vallecas, con la victoria por 1-2 ante el Rayo. Desde ese partido, Sow solo se perdió el duelo ante la Real Sociedad por sanción, un partido en el que tuvo su oportunidad Hannibal, con muchas ganas de agradar pero lejos de responder a las expectativas esperadas.
Ocampos es un futbolista indiscutible para el entrenador desde su llegada, empezando como delantero centro. Fue con la vuelta de En-Nesyri de la Copa África y el inicio de su productiva sociedad con Isaac Romero en Vallecas cuando Quique optó por colocar al argentino en el carril izquierdo. Para el partido ante el Celta, tras los minutos también como carrilero derecho en Almería, Quique encontraba una nueva posición para Ocampos en el equipo, en un centro del campo novedoso que evidencia la búsqueda del madrileño de ese jugador que pueda aportar algo diferente en la creación de juego. Una apuesta fallida, ya que el Sevilla estuvo a merced del Celta durante buena parte del partido.
El papel secundario de Suso y la reaparición de Jordán
Para intentar paliar esa superioridad del Celta en la zona ancha del terreno de juego, Quique optó por dar entrada a Suso, precisamente en lugar de Ocampos. Un Suso que perdió protagonismo de manera progresiva en el equipo, tras partir de inicio en el centro del campo en el debut del entrenador con victoria por 0-3 ante el Granada en Los Cármenes y mantener el puesto en los siguientes compromisos. Sin embargo, el gaditano se ha visto relegado a un papel secundario desde la reacción del equipo, partiendo más como recambio.
Otra novedad ante el Celta fue la reaparición de Jordán, que entró al campo en los quince últimos minutos de partido en sustitución de Óliver Torres. El mediocentro catalán no jugaba desde su participación casi testimonial ante el Atlético, en un choque que acabó en victoria sevillista por la mínima en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Una lesión le apartó de las últimas convocatorias y, una vez recuperado, Quique le dio entrada al campo por delante de Sow, hasta ahora fijo, y Hannibal. Hay que tener en cuenta también, dentro de ese abanico de posibilidades, la lesión de Agoumé, un futbolista que podía asentarse en el once como mediocentro de contención, dando mayor libertad a Soumaré, como ocurrió en Vallecas, precisamente donde se lesionó el centrocampista de contención francés.
Incapacidad para dominar los partidos
Hasta la fecha, la gran mejoría del Sevilla en esta última racha victoriosa iniciada en Vallecas y continuada con victorias importantes ante Atlético o Real Sociedad en el Ramón Sánchez-Pizjuán, así como el válido empate en Mestalla ante el Valencia, estaba cimentada en una mayor solidez defensiva, con un equipo más ordenado y junto sobre el terreno de juego, que concedía bastante menos a los rivales y explotaba las virtudes al espacio de dos delanteros en un gran estado de forma: la pareja formada por Isaac y En-Nesyri.
Mejoría defensiva que se diluyó con los errores ante Celta en un partido que, además, volvió a poner de manifiesto un gran problema en el Sevilla: su incapacidad para asumir el dominio y la iniciativa de juego en los partidos y la ausencia en la plantilla de un centrocampista capaz de liderar esa tarea y conectar pases decisivos en el último tramo del campo. Un problema de planificación que va más allá del propio Quique Sánchez Flores.