Joan Jordán y la 'borrada' cláusula del miedo en el Sevilla

Joan Jordán será, sin lugar a dudas, uno de los grandes nombres del encuentro del Sevilla este viernes ante el Alavés. El centrocampista, cedido por los hispalenses, podrá formar parte del once de Lus García ante el que todavía es su equipo -y le paga gran parte de su ficha-, y ello se debe a, como explicamos hace meses con el caso Januzaj, la ausencia de la cláusula del miedo en los contratos de los cedidos del Sánchez-Pizjuán.

Como contábamos cuando Adnan Januzaj se marchó cedido a Las Palmas, el Sevilla no ha instalado cláusula alguna en los contratos de cesión ni del belga, ni de Rafa Mir, ni de Joan Jordán y es que lo que un día fue habitual, ahora ha pasado a un segundísimo plano en la élite.

Fue hace años cuando FIFA y UEFA prohibieron esta medida, asegurando que "ningún club concertará un contrato que permita al club contrario y viceversa o a terceros, asumir una posición por la cual pueda influir en asuntos laborales y sobre transferencias relacionadas con la independencia, la política o la actuación de los equipos del club", sin embargo, actualmente ni LALIGA ni la RFEF lo prohíben, por lo que sería legal en España.

La redención de Joan Jordán

El que fuese centrocampista del Éibar ha protagonizado este verano uno de los casos más complicados en las oficinas del Sánchez-Pizjuán. A finales del pasado curso, tal y como contó Víctor Orta, el Sevilla le comunicó a Joan Jordán que no contaba con él y que debía buscar una salida. La historia, que parecía sencilla, se complicó durante meses.

Sus agentes volvieron a Sevilla con una oferta "por debajo del mínimo", según cuentan desde Nervión, del Alavés, siendo rechazada y provocando, de manera inmediata, que todo se bloquease.

El entorno del jugador no quería oír ningún tipo de oferta y el jugador se dedicaba a mandar mensajes en redes sociales. El círculo cercano al jugador incluso deslizó en alguna ocasión que García Pimienta estaba encantado con él, pero la realidad es que el técnico sabía a la perfección que Joan Jordán no podía volver a jugar en el Sevilla. En pretemporada, ni un solo minuto.

Finalmente, el Alavés subió su oferta -no en demasía, pero sí lo suficiente- y el Sevilla entendió que, aunque no era la mejor, sí era una buena oportunidad para desvincular, aunque sea un año, a un jugador que no casaba ni con la entidad, ni con el público.

Este viernes, Joan Jordán intentará demostrar que se equivocaron con él. La ausencia de cualquier cláusula del miedo le permite jugar -como podría hacerlo en la vuelta- y pasará a ser, de manera inmediata, una importante amenaza para el Sevilla.