La cojera del héroe Jesús Navas tras su enésima hazaña
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El futbolista disputó una hora de partido
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Jesús Navas insiste en que su retirada será en diciembre
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García Pimienta, renovado hasta 2027: el avance del presidente a la plantilla
Cada partido en el que Jesús Navas vuelve a saltar al césped con la camiseta del Sevilla FC es un regalo para el fútbol, la afición sevillista y todo aquel que alguna vez se ha interesado en algo relacionado con el deporte más popular del mundo. El hipercampeón de Los Palacios está ante sus últimos meses de carrera, y está haciendo absolutamente todo lo posible por ayudar a su equipo.
Los problemas de cadera han traído a Jesús Navas por el camino de la amargura en los últimos años, hasta el punto de que el pasado verano decidió poner punto y final. Tras una situación kafkiana con el club y después de anunciar que se marchaba del Sevilla, finalmente renovó, pero solo hasta el mes de diciembre.
Aunque muchos están esperanzados en que siga, el capitán sevillista repite una y otra vez que no puede más. Que tiene que dejar el fútbol ya porque vive un calvario casi cada día por sus problemas de cadera, por lo que tiene más que decidido dejar el fútbol cuando acabe el año 2024, aunque sea dejando al equipo en mitad de temporada. Como ha repetido García Pimienta en numerosas ocasiones, se ha merecido decidir su futuro sin ningún tipo de presiones.
La salida de Jesús Navas del estadio
Jesús Navas fue clave en el partido ante el Getafe de hace dos jornadas, marcando el gol de la primera victoria sevillista de la temporada. Después del partido, él mismo desveló que dos días antes era incapaz de andar por los dolores, y García Pimienta confirmó que entrena cuando puede y que, aunque siempre quiere jugar, cada mañana le preguntan para cuanto tiempo está.
No jugó minuto alguno en Vitoria ante el Alavés, y este martes sí volvió a ser titular ante el Real Valladolid, cuajando un buen encuentro y marchándose a la hora de partido.
Pero la imagen del día en relación a Jesús Navas la captó ElDesmarque a la salida del estadio. El palaciego se marchaba cojeando ostensiblemente. Con problemas para desplazarse, pero con una sonrisa en la cara y con el compromiso de pararse con todo aquel que así se lo pidiera.
Una leyenda, un hombre de club de los que ya no quedan, y un futbolista que pasará a los anales de la historia del fútbol español. Ya tiene un estadio a su nombre, así que vayan pensando qué gran homenaje habrá que hacerle cuando pronto diga “hasta aquí hemos llegado”.
