Otra extraña semana para Kelechi Iheanacho y su adaptación al Sevilla
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García Pimienta ya lamentó su última convocatoria con Nigeria
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El futbolista continúa sin adaptarse al equipo
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La odisea de Ejuke e Iheanacho con Nigeria: retenida la selección en Libia en condiciones precarias
No está siendo nada fácil la historia de Kelechi Iheanacho en el Sevilla. El delantero nigeriano, que llegase el pasado verano a mitad del mercado, arrancó condicionado por la falta de ritmo, pero el paso de los meses no ha cambiado demasiado la situación. Su última semana, sin participación con su selección y con un eterno viaje ya conocido, tampoco ayuda en demasía.
Fue García Pimienta el que explicaba ante los medios de comunicación, tras la última llamada de Nigeria a Kelechi Iheanacho, que la concentración con su selección no había ayudado demasiado al punta. Sin minutos con su país, el jugador se cargó de viajes y de cansancio, evitándole no solo llegar al 100%, sino también sumar esas sesiones de entrenamiento tan necesitadas para coger su mejor tono físico y adaptarse a sus compañeros.
Tuvo minutos ante el Alavés, ante el Valladolid y ante el Athletic, y la realidad es que en ningún encuentro llegó a convencer a nadie y es que ante su preocupante falta de ritmo físico, su acierto de cara a portería tampoco era el mejor. Para muestra, su no-participación en el derbi ante el Betis a pesar de que Isaac Romero llegaba muy, muy, muy justo y abandonó el terreno de juego por Jesús Navas.
La cuenta atrás para Kelechi Iheanacho
Es por ello que, aunque apenas lleva unos meses en Sevilla, el reloj ya está apretando a Kelechi Iheanacho. El público del Sánchez-Pizjuán espera mucho más de él y en la entidad creen que el de Nigeria aún debe mejorar para pelear, de tú a tú, con Isaac Romero por ser el titular.
Sus concentraciones con Nigeria, hasta el momento con largos viajes y sin minutos, no ayudan en demasía y si ya la primera convocatoria le penalizó, esta última tampoco ha servido de mucho.
La cuenta atrás para él ya ha comenzado. Si reacciona a tiempo, el público le espera con los brazos abiertos, de lo contrario, la paciencia se irá agotando poco a poco con su fútbol.