Milagro en El Molinón
El Sporting se llevó los tres puntos ante el Leganés en un encuentro en el que los rojiblancos no fueron superiores a su rival. Un gol de Carlos Castro en la última jugada hizo enloquecer a El Molinón.
La suerte acompaña a los hombres de Abelardo. Tal es así que el Leganés se adelantó en el marcador y acto seguido Guerrero igualó la contienda. Apenas habían pasado 40 segundos desde que los jugadores del conjunto madrileño celebraron el tanto de Aguirre cuando Guerrero se encontró un rechace que convirtió en el empate.
El inicio del encuentro del Sporting fue prometedor. Los rojiblancos dominaron al Leganés y buscaron el gol con hincapié. Primero Cases y después Carmona tuvieron las ocasiones más de la primera mitad. Los madrileños supieron aguantar el arreón inicial del Sporting y el descanso llegó después de varios minutos sin demasiado fútbol vistoso.
El segundo acto comenzó con un Leganés con las ideas más claras que el conjunto de Abelardo. El técnico tuvo que realizar los tres cambios para buscar una revolución sobre el terreno de juego porque el equipo estuvo gris tras la reanudación.
El Leganés marcó en un buen contrataque que sorprendió tanto a los aficionados rojiblancos como a los jugadores. Cuando todo parecía que el encuentro iba a terminar sin goles porque ambos equipos estaban guardando la ropa, el gol de Aguirre enloqueció el choque.
Nada más marcar, Guerrero, con fortuna, empató y el Sporting se fue decidido a por el partido. Después de embotellar al conjunto madrileño en su área, solo faltaba que se produjera el milagro.
En la última jugada, Luis Hernández puso el balón en el punto de penalti en un saque de banda. El balón se le quedó a Carlos Castro en sus botas y el joven futbolista marcó el gol, hasta ahora, de su vida. Cuando el balón acarició la red de la portería del Leganés, todo el mundo enloqueció. Castro por un lado, Cuéllar que recorrió el campo de lado a lado para abrazar al 'guaje' y todo el banquillo que no dudó en invadir el verde de El Molinón.
Al final el Sporting consiguió tres valiosos puntos ante una afición que despidió a su equipo puesta en pie y con las manos doloridas de tanto aplaudir.