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La afición se harta: bronca en El Molinón
El Sporting ha perdido por primera vez en toda la temporada en El Molinón, en un partido que ha evidenciado la crisis de los rojiblancos y la de su entrenador, Paco Herrera. Garrido adelantó al Cádiz en la primera parte, Álvaro sentenció en la segunda y Barral elevó la bronca en el último segundo.
Sin ningún asturiano en la alineación, con la novedad de Carmona por Canella, al Sporting le pesó el mal momento de confianza desde el primer minuto. No comenzó el partido, como acostumbra, presionando en el campo contrario. Tampoco copando las primeras llegadas atacantes. El protagonismo inicial fue para Salvi, que desde la banda derecha avisó de sus intenciones tras deshacerse de Isma López. Su centro lo remató flojo Carrillo, a quien Stefan contestó por medio de un tímido cabezazo.
Pasado el primer cuarto de hora, con los centrales rojiblancos poco entonados, Isma López evitó el primer tanto visitante cuando Salvi se quedaba solo ante Mariño. No estuvo tan fino, todo lo contrario, Barba en un saque de esquina que remató Garrido en el 22'. Se liberó de la marca y batió a Mariño.
Prácticamente acto seguido, y con El Molinón adormilado más que a la expectativa, Santos tuvo el empate. Cifuentes lo impidió con una buena intervención, mejor incluso a la que hizo después de un remate de Stefan al filo del descanso. Nada más del Sporting en la primera parte. Dudas y la grada ya encendida.
En la reanudación, con Castro por Ruben en el 54', el Sporting continuó sin ideas y Salvi campando a sus anchas por la banda de Santos e Isma. Por eso llegó el 0-2, en un asistencia de Salvi que Álvaro remató con permiso de Calavera. Peor imposible. Y en ese momento Herrera llamó a Rachid.
No sirvió de nada, ya no había remedio, y a pesar de que aún restaban 25 minutos. Los aficionados, por goteo, se iban marchando mientras el Cádiz rondaba el tercero. Rachid le puso voluntad, con un disparo desviado tras jugada de Castro por la derecha, y Santos seguía haciendo la guerra por su cuenta.
Peor que un dolor de muelas, además del frío, el horario y el tercero de Barral. Apenas había motivos para quedarse en El Molinón, salvo para abroncar tal esperpento. El año de otros 10 fichajes, y los que faltan. Y mientras Mareo sigue siendo esa idea tan bonita y, a la vez, improductiva. En definitiva, un derroche, otro sinsentido, sin un entrenador que apueste por la cantera.
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