Cuestionado por el tiempo
Desde agosto hasta hoy. En todo ese tiempo, prácticamente nueve meses, el Sporting no ha sido capaz de responder a las carencias de su plantilla. Desde el inicio de la temporada pasada, una vez firmada la cesión de Calavera, el club gijonés sabía que no tenía laterales derechos con contrato para la campaña 2018-19.
Salvo negociación avanzada y desconocida, el Sporting está acusando su falta de previsión. Como el mal estudiante que se da el atracón en los últimos días previos a los exámenes. Esa al menos es la sensación. Negativa a estas alturas sin un solo lateral derecho en la plantilla y con el club expectante a que se produzcan salidas de otros equipos. Se plantea, como mínimo, comenzar la pretemporada con un lateral diestro. No es la mejor forma de buscar soluciones.
Sobre todo por el largo tiempo que Miguel Torrecilla ha tenido para evitar las urgencias. Y a pesar de la indefinición de la categoría en los últimos meses del curso ya concluido. También en ese sentido resulta sorprendente la ausencia de apuestas tras los numerosos viajes al extranjero y territorio nacional. ¿Para qué? Quizá, en los próximos días, el conjunto gijonés sorprenda con un refuerzo de un jugador al que ha seguido durante meses. Un fichaje con mimo y convicción. Diferente a los perfiles que ahora mismo están sobre la mesa de Torrecilla.
Sin ir más lejos, el club busca en estos momentos efectivos con proyección. Futbolistas que cuentan para sus equipos pero no de forma inmediata. Puede ser el caso de Nacho Vidal, propiedad del Valencia. O incluso jugadores desvinculados recientemente que se quedan sin contrato. Sin embargo, la entidad asturiana, salvo giro imprevisto, no ha sido capaz de firmar a alguien cuya vinculación termine el 30 de junio.
El '9' también preocupa
Este escenario es similar para los delanteros. Con más salvedades, eso sí, debido al curso de Carlos Castro y a la inconcreción con Santos. La dirección deportiva esperaba más del primero, tanto en rendimiento como participación, mientras que por el segundo aguardó con esperanza el salto de categoría. Aspiraba a la propiedad del uruguayo o a prorrogar su cesión.
Así, la planificación del verano pasado apunta a repetirse. Muchas cesiones y pocos contratos, lo que complica el proyecto de consolidación para el que vino Miguel Torrecilla. Al líder de la parcela deportiva se le acumulan las asignaturas pendientes. Todavía tiene tiempo para la recuperación.