El inicio de competición liguera no está siendo el que Uros Djurdjevic podría esperar. Tras realizar su primera pretemporada con el Sporting de Gijón, se esperaba que el rendimiento del delantero serbio fuera más destacado. Nada más lejos de la realidad. El atacante rojiblanco no está contando con fortuna en los primeros minutos de esta temporada. El partido ante el Rayo Vallecano es el reflejo perfecto: sin ocasiones, frustrado y finalizando el encuentro en el banquillo antes de tiempo. Además, con un cabreo importante que pagó con la infraestructura del banco rojiblanco.
En el primer encuentro en El Molinón, la suerte no fue mejor. El serbio no se vio cómodo en ningún momento, muy encimado por la zaga del Rayo. Disfrutó de una gran ocasión, pero la falta de velocidad le impidió plantarse ante la puerta de Alberto. En la segunda parte, el linier le anuló un gol por un claro fuera de juego. En el momento en el que el Sporting se quedó con uno menos, José Alberto decidió que el partido de Uros tocaba a su fin. El delantero serbio, sustituido por Álvaro Vázquez, mostró un cabreo evidente con el partido y con el cambio. Propinó una patada al césped y luego la tomó a puñetazos con la caseta de cambios. Un reflejo de la frustración de un delantero al que todavía no le salen las cosas. De momento.
El verano había arrancado de un modo distinto para el atacante. Por primera vez, el serbio pudo arrancar la pretemporada con la plantilla del Sporting, algo que parecía que iba a cambiar su inicio de año. También, los partidos de preparación permitieron al punta rojiblanco foguearse ante los rivales veraniegos. Pero, a la hora de la verdad, no se está viendo al Uros Djurdjevic que la afición desea. En los dos partidos disputados hasta la fecha, el serbio no ha tenido fortuna. El partido ante el Girona mostró un delantero luchador, pero que fue incapaz de definir varias ocasiones claras de gol. El encuentro frente al Rayo y su cabreo posterior es una muestra más de que las cosas no le están saliendo.