El Sporting pone fin a su annus horribilis
El Sporting de Gijón pone fin al peor curso de la historia. Punto muy sufrido para los del Pitu Abelardo que les permite certificar su continuidad en LaLiga SmartBank de cara a la próxima temporada gracias a las derrotas de Sanse y Amorebieta. Cualquiera diría que este equipo llegó a liderar la competición allá por el mes de octubre.
Porque ante un equipo ya descendido como el Fuenlabrada, el conjunto gijonés pareció estar atenazado por el miedo y le costó entrar al partido. En los primeros minutos, Adrián González y Pedro León, este último con un disparo cruzado, inquietaron a Cuéllar, pero sin ponerle en apuros. Por si fuera poco, Berrocal se lesionó en el minuto 10 y tuvo que ceder su puesto a Cristian Rivera. Gragera retrasó su posición.
El Pitu Abelardo optó por darle continuidad al once que venció y convenció ante el Girona, pero en el Fernando Torres no se vio nada del espíritu de aquél equipo y se dejó dominar por un Fuenlabrada que quería despedirse de su afición. De hecho, el único disparo de la primera mitad, desde fuera del área y muy desviado, lo protagonizó Aitor en el minuto 40.
El Sporting mejoró en la segunda mitad
El paso por vestuarios le pareció sentar bien a los hombres del Pitu Abelardo, que en la segunda mitad se mostraron algo más cómodos con el balón y se dejaron ver con más frecuencia. Poco antes de cumplirse la hora de partido, Pedro Díaz lo intentó desde la frontal del área, pero su chut no vio portería.
También lo volvieron a intentar a balón parado, visto el buen resultado que le dio ante el Girona: Djuka, en el segundo palo, cabeceó un córner pero estuvo muy vigilado por la defensa local y remató muy encimado. Aún así, se fue diluyendo a medida que pasaban los minutos y el Fuenlabrada fue recuperando sensaciones paulatinamente.
La última ocasión de la escuadra gijonesa llegó en el minuto 75. Aitor García lo probó con un disparo cruzado que no vio puerta. Los fuenlabreños, por su parte, se volcaron al ataque en las postrimerías del partido y Cuéllar, desde el suelo y con el pie, evitó el gol de Amigo.
Con la ayuda de los rivales directos y con mucho sufrimiento, pero el Sporting pudo certificar su continuidad en la categoría de plata. Ahora toca empezar de cero y volver a ilusionar a la afición con un proyecto remozado.