Continúa la maldición de La Romareda
Segunda derrota consecutiva del Sporting de Gijón, que se volvió de vacío de uno de sus campos malditos: La Romareda. El equipo rojiblanco se vio superado por el empuje de los maños. El mejor ejemplo de la frustración fue que Insua e Izquierdoz se mostraron excesivamente agresivos y que incluso eran merecedoras de expulsión.
Tras la derrota frente al Racing, y teniendo en cuenta que jugaban fuera de casa, Abelardo introdujo cambios. Uno de ellos obligado, el del canterano Diego Sánchez en lugar de Cote. Los otros dos fueron el frente de ataque: Aitor García entró por Queipo y Zarfino en lugar de Cristo González. El uruguayo, igual que en Ponferrada, volvió a ejercer de segundo punta e insufló al equipo de su carácter.
Así se vio en los primeros compases del partido, en los que el equipo blanquillo se adueñó del balón. La presión no fue tan elevada como en otras ocasiones, y en cierto modo, estuvieron más replegados buscando alguna contra. Aún así, los de Carcedo se sentían cómodos y jugaron con cierta fluidez. Incluso probaron a Mariño con un disparo de Manu Molina desde fuera del área y con un centro-chut de Fran Gámez tras un mal despeje de Izquierdoz.
La primera ocasión del Sporting no llegó hasta el minuto 25. Después de un pase de Pedro Díaz, Aitor García buscó el centro al segundo palo y Djuka se tiró en plancha, aunque no acertó a rematar. Tras esto, el Sporting se dejó ver algo más en campo rival, pero sin poner en apuros a Cristian Álvarez.
El Zaragoza se consiguió recomponer y Mariño demostró sus reflejos con dos paradas a sendos disparos de Bermejo desde fuera del área. En la segunda se hizo daño en el muslo, pero consiguió acabar el partido.
El Sporting se descompone en la segunda parte
El arranque de la segunda mitad transcurrió por los mismos derroteros, hasta que en el minuto 52 Víctor Mollejo le ganó la espalda a la defensa y superó a Mariño en el uno contra uno con un disparo seco. El Sporting buscó la reacción con un disparo lejano de Diego Sánchez que ni siquiera vio puerta. Mucho más cercano estuvo el 2-0 tras una triangulación con Vada después de que superasen a la defensa.
Tras esto, la escuadra gijonesa reaccionó tímidamente. Djuka lo probó con un disparo cruzado y Diego Sánchez tuvo un buen centro lateral que casi se mete Fuentes en propia puerta. Nada más. Abelardo probó a dar entrada a Cristo, Milovanovic y Queipo con la intención de reforzar el frente de ataque, pero ni siquiera vieron portería y apenas probaron a Cristian Álvarez, que fue un espectador de lujo del partido.