Un punto y gracias
El Sporting de Gijón empató a uno ante el Tenerife en el partido que abría la octava jornada de LaLiga SmartBank. Un duelo en el que los de Abelardo, en la segunda parte, prácticamente renunciaron a atacar. Los de Ramis pasaron por encima al cuadro sportinguista en una segunda parte en la que el Pitu optó por defender el escaso resultado y fiarlo todo al talento de Djuka y Jony, que prácticamente ni la tocaron.
Y es que, en términos generales, el Sporting dominó al Tenerife en la primera parte. Es cierto que las primeras ocasiones de cierto peligro fueron para el Tenerife. La diferencia es que Cristo sí estuvo acertado. Porque ni Iván Romero, ni Waldo, ni Teto, que tuvieron ocasiones como para adelantar a su equipo, no encontraron la precisión necesaria que el delantero del Sporting sí que tuvo.
El tinerfeño, muy activo por todo el frente de ataque, presionó en un pase atrás hacia José León, al que acabó robándole la cartera y definiendo mano a mano con Juan Soriano. Con el gol, que Cristo no celebró, el Sporting se asentó mucho sobre el césped del Heliodoro. Juan Otero, que cuajó una primera parte de mucha personalidad, lo intentó hasta en dos ocasiones, pero se topó con el portero rival.
Rebasado el minuto 25 de partido se produjo la desafortunada acción en la que Nacho Méndez se lesionó. El '10', que no estaba haciendo un buen partido, se dolió de la rodilla en una acción con un rival. Los gestos de dolor y las lágrimas de impotencia del futbolista lo dicen todo, aunque habrá que esperar a las primeras exploraciones para conocer el alcance.
Eso sí, acabó atacando el Tenerife por medio de las subidas de Mellot y los apoyos de Teto en el costado derecho. Un par de ocasiones de peligro pudieron devolver el empate al marcador, pero este no se movería.
El Sporting renunció al ataque y el Tenerife le pasó por encima
En el arranque de la segunda parte se vio que era el Tenerife quien más tenía que demostrar. Sin embargo, ese primer tramo de 10 o 15 minutos de la segunda mitad fueron de bastante sufrimiento para el Sporting. Y es que el cuadro chicharrero llegaba con facilidad a las inmediaciones del área sportinguista. Un intervalo en el que ni Pedro Díaz ni Gragera aparecieron, solo miraron correr la pelota de un lado a otro y eso fue un claro ejemplo de lo que ocurría. Cuando recuperaban la pelota, los de Abelardo lanzaban rápidamente un pase largo para buscar una peinada de Zarfino o una ruptura de Cristo a espaldas de la defensa rival.
Y, de tanto jugar con fuego, el Sporting se quemó. Un centro de Mellot desde la línea de fondo lo enganchó Nacho Martínez de volea para empatar el partido. Un gol justo por lo poquísimo que propuso el Sporting en la segunda mitad, y por lo mucho que buscaron los canarios el gol. E incluso pudo ser peor, porque Diego Mariño salvó un gol cantado de Arvin Appiah en el minuto 94.
En resumen, un partido que el Sporting, desde luego, no mereció ganar y que, de hecho, pudo perder claramente. Habrá que dar el punto por bueno.