El modo ahorro de energía y una cantada de Mariño privan al Sporting de ganar en La Rosaleda
El Sporting de Gijón está tieso. Es la explicación más factible al empate ante el Málaga. Como le pasara ante el Zaragoza, entra en modo ahorro de batería cuando está súper cansado y el rival, con muy poco, logra el empate. Y es que la plaga de lesiones y la carga de partidos, con tres jornadas de LaLiga SmartBank en siete días, ha propiciado que el equipo no llegase bien al tramo final del partido. Si a eso le añades la cantada de Mariño tienes la explicación completa de por qué no han ganado los de Abelardo en La Rosaleda.
Salía el Pitu con cuatro cambios respecto al último encuentro: Pol Valentín por Guille Rosas, Izquierdoz por Bamba, Jordan Carrillo por Queipo y Cristo González por Djuka. Y lo cierto es que tuvo un partido plácido sobre el césped de La Rosaleda. Si bien el balón fue de los de Pepe Mel, estos no encontraban a sus jugadores de ataque. Esto desembocó en un partido tranquilo y de poca exigencia para la pareja de centrales, que estuvieron atentos y concentrados durante todo el encuentro. En ataque intentaba verticalizar siempre que podía. Sin embargo, todo lo que no fueran conducciones de Jordan Carrillo o apoyos de Víctor Campuzano fueron dificultades para generar fútbol. Rivera estuvo bien en salida de balón, aunque le faltó el descaro y la verticalidad de otros días.
Apenas una llegada de Campuzano y un disparo de Juan Otero que atrapó fácil Yáñez fueron los acercamientos más serios del Sporting en la primera mitad. O así fue hasta que Pol Valentín decidió vestirse de mago, llegar a línea de fondo y servir atrás para que Cristo anotara, superada la media hora de juego, abriera el marcador.
Eso sí, no estuvo exento de polémica el partido. Y es que un posible penalti de Alberto Escassi sobre Jordan Carrillo pudo cambiar el signo del partido.
Dos puntos menos por no matar al Málaga cuando se pudo
Ya en la segunda mitad, al Sporting le faltó ambición. Y es que, a medio gas, el Málaga apenas generó peligro, y con muy poco los de Abelardo llegaban a las inmediaciones del área rival. Los rojiblancos se acomodaron y esperaron a su rival en área propia. También puede verse justificado por el bajón físico y el cansancio. No obstante, la explicación futbolística es que se olvidaron por completo de atacar.
Sin ocasiones claras llegó el minuto 85, cuando un error garrafal de Mariño, que no midió bien y se comió un balón aéreo, acabó con el tanto del empate de Juande. A poco que apretaron los malaguistas en el tramo final se llevaron el encuentro.
Un empate que sabe a derrota por cómo se produjo. La nada absoluta de los rojiblancos en la segunda mitad, que se dejaron ir un día más. Con muy poquito al Sporting le hicieron daño. Además, el grave error de Mariño, van dos en muy poco tiempo, reabrirá el debate en la portería sobre su titularidad y la del Pichu Cuéllar.
FRAN …ya que hoy ganó tu equipo..tu crónica podía ser un poco más imparcial ….para nada mientas el clarísimo penalti a favor del REAL Sporting