El mensaje de Jaime Seoane a César Gelabert en la semana del derbi asturiano: "Me va a meter alguna patada"
-
Jaime Seoane y César Gelabert son amigos tras coincidir en la cantera del Real Madrid
-
Este sábado se verán las caras defendiendo a Sporting y Oviedo
-
Dani Calvo y la pena por un derbi asturiano sin aficionados del Oviedo: "Lo respetamos"
En un derbi como el asturiano que se disputará este sábado los aficionados son los que ponen la pasión y los jugadores los que tratan de replicarla sobre el césped. Pero son muchos losque, pese a militar en clubes rivales, tienen relación con jugadores del otro equipo. Y no hablamos únicamente de Jonathan Dubasin y Haissem Hassan, que cambiaron de bando este pasado verano.
César Gelabert, el fichaje 'estrella' del cuadro rojiblanco este pasado verano tendrá enfrente a uno de sus mejores amigos: Jaime Seoane. Ambos coincidieron en la cantera del Real Madrid, donde compartieron centro del campo.
En una entrevista concedida a RTPA el talentoso futbolista palentino ha desvelado que esta semana ha cruzado mensajes con el madrileño, intercambiando alguna broma. "Me ha dicho que me va a meter alguna patada", afirma entre risas.
Y añade: "También estuve con Hassan en el Mirandés y son dos grandes personas. Vamos a tener rivalidad dentro del campo, pero fuera somos amigos".
Gelabert afrontará su primer derbi y lanza un mensaje de concordia. "Sé que habrá tensión, pero lo único que espero es que haya respeto y el Sporting gane. Me espero un Oviedo defensivo y nosotros les vamos a plantear un partido diferente", asegura.
Los primeros días de Gelabert en el Sporting
Reconocido sportinguista desde que era niño y acompañó a su padre Juanmi en Gijón, Gelabert repasa cómo se enamoró de su actual equipo.
"Es la ciudad en la que empecé a vivir el fútbol de verdad, porque Gijón es una ciudad muy futbolera. Vas a un bar y ves que tienen todas las bufandas del Sporting, el ambiente de los días de partido, cómo va la gente a El Molinón caminando. Y luego el estadio es una caldera", asegura.
Nada más llegar el palentino ya pudo disfrutar de un partido en casa. "El recibimiento del otro día en El Molinón no me lo esperaba para nada. A mí familia y a mí se nos quedó la piel de gallina. Intentaré devolver esa confianza y ese cariño dejándome la vida cada fin de semana", concluye.
