El Valencia acusa la resaca europea
El Valencia CF fue incapaz de pasar del empate ante el Deportivo en su estadio. Los de Nuno Espírito Santo jugaron un mal partido en el que acusaron las ausencias en el once inicial y pagaron el cansancio de la clasificación Europea ante el As Mónaco.
El Deportivo, que tampoco hizo nada del otro mundo, se adelantó en el marcador gracias a un buen gol de Lucas Pérez (el mejor en Mestalla) y después dio por bueno el empate conseguido por Negredo, quien culminaba una jugada a balón parado en el 45.
De inicio, Nuno sorprendió a propios y extraños. Hizo más rotaciones de las previstas a pesar de que se acerca el parón de selecciones. Así, en la medular Danilo sentó a Parejo y Mina hizo lo propio con Piatti. Además, Negredo mantuvo la titularidad en detrimento de un Paco Alcácer que tenía todos los números para salir de inicio. Nuno, no obstante, prefirió apostar por el gran estado de forma del vallecano. Y éste le respondió.
Tanto cambio provocó un exceso de confianza, de relajación inicial, de cierta apatía, que el Deportivo aprovechó para situarse mejor de inicio y gozar, mediante Luis Alberto, de las aproximaciones más peligrosas al área rival. Danilo, en la medular, se notaba nervioso y cometía demasiadas imprecisiones, facilitando los contraataques gallegos. Pero el ritmo general del Valencia no era el habitual. Daba la sensación de estar ralentizado por el calor.
En ataque el más activo era Gayà. Sus subidas por banda y sus centros al área fueron lo mejor en la primera media hora de partido. Mina quería, pero el agresivo Fernando Navarro le marcaba de cerca y siempre al filo de la falta.
Una nueva ocasión de Luis Alberto impacientó al público de Mestalla, que quería más. Aspiraba a un mayor ahínco de sus futbolistas. Una lesión de tobillo de Luis Alberto, que le obligó a dejar su puesto en el campo a Luisinho pareció calmar los ánimos de la hinchada. Fue un espejismo. A Ryan se le escapaba un balón por alto y el Dépor aprovechaba para encerrar un poco más a un inoperante Valencia.
Tanto fue así que en el 38 se consumaron los peores presagios. Lucas Pérez recibía un balón en la frontal y de disparo cruzado establecía el 0-1 en el electrónico, que hacía justicia a los méritos de unos y otros. El tanto debió espolear al Valencia que, en una jugada aislada, en su primer remate a puerta, conseguía el empate en el 44. Córner forzado por De Paul, Danilo prolongaba y Negredo, libre de marca, establecía el empate. El Valencia se marchaba al descanso, con un milagroso empate.
Una marcha más
La segunda mitad comenzó con una tónica similar. El Valencia no jugaba a nada, abusaba del balón largo para que Negredo bajara el esférico y poco más. Tenía que meter una marcha más, tanto en la presión como en la salida del esférico.
Sólo a balón parado el Valencia inquietaba. De nuevo Danilo por alto, en este caso en el lanzamiento de una falta, ponía en aprietos a Lux. De Paul había espabilado algo en la medular, pero no lo suficiente para desmoronar a un conjunto gallego que defendía sin demasiados apuros su área.
Nuno no lo veía claro. Danilo perdía su último balón del día (luces y sombras para el brasileño) cuando se cumplía la primera hora de partido y enfiló el camino del vestuario antes de tiempo. Saltaba al campo Parejo y, junto a él, Feghouli que daba descanso a un Mina voluntarioso pero desacertado.
El Valencia se estiró. De Paul, desde fuera, probó los reflejos de Germán Lux; Feghouli centraba y Negredo no llegaba por poco... Era otra cosa. El Valencia tenía que resolver y los minutos iban cayendo como losas. Entraron las prisas. De Paul la tuvo en el 28 de la segunda. De nuevo Feghouli empezaba a sacarle brillo a su banda. El argelino había revolucionado el partido.
Pitada al cambio de Nuno
Y quedaba una baza en la recámara: saltaba Paco Alcácer por Negredo con un cuarto de hora por delante. Pero la grada estalló. Quería ver a los dos puntas a la vez; no que uno sentara al otro. El de Torrent les cayó con un chutazo seco que obligó a un nuevo despeje espectacular de Lux.
El Valencia sí quería, pero cada vez tenía menos tiempo. Empezaban a aflorar los nervios en Mestalla. Y, con uno menos por la justa expulsión a Barragán por doble tarjeta amarilla, la cosa se complicó aún mucho más.
Con más corazón que cabeza el Valencia lo intentó, pero fue en vano. Alcácer la tuvo en el último instante pero el cancerbero argentino del Dépor le atajó su remate. Preocupante imagen del equipo si, a las primeras de cambio de la temporada, ya acusa la acumulación de partidos.