Las anécdotas del primer día de Marcelino

La multitudinaria presentación de Marcelino como nuevo entrenador del Valencia CF dejó muchas declaraciones, muchas ilusiones y muchas anécdotas. Así, a diferencia de la de Gary Neville y Prandelli, el acto de bienvenida fue en la sala de prensa del estadio de Mestalla y no falló nadie, no quedaba un sitio libre la citada sala. De hecho, en la primera fila, atento a cada una de las palabras del técnico, estaba el pequeño de la familia García.

Así es, el hijo de Marcelino presenció la puesta de largo de su padre como técnico del Valencia. No estaba solo, le acompañaron tres de sus amigos. El joven, que pasaba la veintena de edad, estuvo junto a sus padres en cada uno de sus pasos. 
La imagen más familiar se produjo al final. Cuando todos ya habían abandonado el estadio de Mestalla, aparecieron en el césped el hijo del técnico junto a sus tres amigos. Allí se produjo la instantánea. Marcelino posó junto a su hijo y los amigos de este, con el estadio de la Avenida de Suecia de fondo. Una imagen familiar para culminar una tarde de sueños para la familia García.

La silla y el césped

Antes, mucho antes de esa imagen, el entrenador protagonizó dos anécdotas más. La primera en la sala de prensa, cuando le pidió bromeando a Mateo Alemany, que estaba sentado a su lado, que le cambiaran la silla porque era "bajito". No contento con ello, y tras pasar por el vestuario dónde impartirá sus lecciones a partir de esta temporada, ya a pie de campo, y a preguntas de la prensa, demostró estar muy metido en su cometido. Así, le preguntaron qué le parecía el estadio y dijo "muy bonito", para inmediatamente después contestar que el césped "está muy seco" y avisar que había que "regarlo", ante el estupor y las risas de los presentes.
Son tres anécdotas que conforman la personalidad del nuevo entrenador en su primer día como valencianista.