Un año sin Jaume Ortí
Por favor, indica por qué quieres reportar este vídeo:
-
¡Con todos ustedes, el Polideportivo Municipal Jaume Ortí!
-
Jaume Ortí vuelve a unir al equipo de Leyendas y al valencianismo en su homenaje
Un año ya sin Jaume Ortí. El encuentro que este viernes disputó el equipo de Leyendas del Valencia CF y el Alaquàs Walter es, hasta la fecha, el último homenaje que ha recibido Jaume Ortí, el expresidente más laureado en la historia del club y que justo hoy se cumple un año desde su fallecimiento. Pero a buen seguro no será el último.
El homenaje de este viernes, el segundo de este tipo que se ha celebrado en estos doce meses, es sólo una prueba más del enorme cariño que Valencia y el valencianismo le profesaban a Jaume, que recibió a título póstumo el premio Amorós al mérito deportivo.
Jaume Ortí Ruiz, falleció en Valencia a los 70 años de edad tras una larga enfermedad que lo tenía apartado de la vida pública en los últimos meses de su vida. El mandatario más querido y uno de los más laureados en la historia de la entidad dejaba tras de sí un vacío en el corazón de los aficionados valencianistas difícilmente reparable.
Un presidente del pueblo, de peluca y palmito
Ortí era un presidente campechano, cercano y al que no le costaban prendas demostrar su valencianía en público. Nacido en Aldaya, no dudó en lucir en público una peluca naranja para celebrar las principales victorias de su equipo, ni en exhibir, a modo de talismán en 2002, un enorme palmito para celebrar el título de Liga.
Confeccionado en su pueblo para el campeonato de 1971, en 2002, el propio Jaume Ortí llevó el símbolo a Málaga ante la posibilidad de que el Club se proclamara campeón de Liga de nuevo como así fue. 31 años después de su creación el 'palmito de Aldaia' volvió a lucir, cosa que repetiría en la celebración del doblete de Liga y UEFA de la temporada 2003-04.
Aunque accedió al club en 1994, no fue hasta 2001 y después de haber estado unos años fuera, cuando pudo cumplir su sueño: ser presidente del club. Por el Valencia Jaume vivía y respiraba, sufría, reía y peleaba. Cercano a aficionados y peñistas, soportó la dura oposición de Paco Roig los más de tres años que fue presidente.
Conocido como 'Bonico' Ortí, porque su saludo era "Com estas bonico?" (¿Cómo estás guapo?), no era extraño que saludara diciendo "Muchas noches" cuando llegaba a cualquier estancia, dónde siempre era bien recibido.
El cariño que le profesaba y profesa la afición sigue siendo hoy, un año después de su muerte, el mejor reconocimiento a un presidente que, por méritos propios, se ha ganado un hueco en el elenco de ídolos del valencianismo.
Su peor noche fue una sonora y dolorosa pitada en Mestalla el día de la presentación del equipo en el verano de 2003. Aquella temporada el Valencia acabaría siendo campeón de Liga, de UEFA y de Supercopa y nombrado mejor club del mundo. Demasiado reconocimiento para Juan Soler, máximo accionista, que acabaría quitándolo de primera línea para ponerse él como presidente.
Con todo, el cariño que le profesaba y profesa el valencianismo sigue siendo hoy, un año después de su muerte, el mejor premio y reconocimiento a un presidente que, por méritos propios, se ha ganado un hueco en el elenco de ídolos del valencianismo.